Elecciones en Brasil: “Lula recuperará el prestigio y la credibilidad que el país perdió con Bolsonaro”

Por: 

Leyla Bartet

Entrevista a Rafael Heiber*

“El gobierno de Jair Bolsonaro fue de alguna manera ilegal. Ganó las elecciones porque logró gracias a manipulaciones políticas, que Lula ingresara a prisión, anulando así su posibilidad de ser candidato en las presidenciales del 2018. Lula era el favorito en las intenciones de voto de aquellas elecciones.” Rafael Heiber no esconde su simpatía por el candidato del Partido dos Trabalhadores (PT) y muy probablemente, próximo presidente de Brasil. 

Faltando poco para unos comicios que América Latina y el mundo siguen con especial interés, las posibilidades de triunfo en primera vuelta se acrecientan para Lula da Silva. Síntoma de ello es la aceleración de lo que en Brasil se llama “fisiologismo” y que supone acomodarse a los cambios políticos. Muchas figuras públicas y de la cultura que hasta hace poco eran poco afines al PT e incluso enfrentadas con Lula, ahora no dudan en darle su apoyo. Es el caso por ejemplo de músico Caetano Veloso que siempre sostuvo al candidato socialdemócrata del Partido Democrático Laborista PDT de Ciro Gomes y ahora pide votar a Lula. Ese es un buen síntoma y resulta elocuente a pocos días de la votación.

Bartet. Brasil es el país más poblado de América Latina, el mayor en extensión geográfica y el que mayor peso económico ha tenido en la región. Por ello existe una gran expectativa en todo el continente, y me atrevo a decir en buena parte del mundo, en torno los resultados de las elecciones del próximo domingo. Las encuestas le aseguran un triunfo al ex presidente Luis Ignacio “Lula” da Silva quien ganaría a su rival, el presidente saliente Jair Bolsonaro, con una ventaja que oscila alrededor de los 10 puntos. Si Lula no logra la mayoría absoluta en la primera vuelta ¿Cómo se plantea el Partido de los Trabajadores (PT) la segunda vuelta? ¿Qué sectores intentará ganar o recuperar?  ¿Cómo podría manejar un eventual gobierno en minoría, habida cuenta las particularidades de un Estado Federal?

Heider. Las encuestas muestran que Bolsonaro se ha estabilizado y que tiene garantizado más o menos un tercio de los votos válidos y Lula en las últimas semanas está en alza y actualmente tiene un nivel de aceptación que le permitiría ganar en primera vuelta estos comicios. Hace una semana ya tenía el 50 % de los votos válidos y en la última encuesta sobre intención de voto sobrepasaba ligeramente el 50 por ciento. El problema es que el electorado de Lula es en su mayoría más pobre que aquel de Bolsonaro y este último es muy activo a la hora de ir a votar. Esto pone al candidato del PT en una situación algo más incierta. Y los otros candidatos, básicamente Ciro Gomes (del Partido Democrático Laborista, PDT) y Simone Tebet (del Movimiento Democrático Brasileño, MDB) aparecen con un 7 u 8 %. Por su parte, el expresidente Fernando Henrique Cardoso (Partido de la Social Democracia Brasileña, PSDB) publicó hace una semana un artículo en el que, sin nombrar claramente a Lula, pide votar por un candidato que defienda los derechos de la mujer, la democracia, el medio ambiente, es decir, no por Bolsonaro. Pero su partido tiene un acuerdo con Simone Tebes, candidata del centrista MDB en cuya fórmula electoral tiene la vicepresidencia. Y para los miembros del partido es muy incómodo pedir un apoyo a Lula de manera directa.

En relación a la segunda parte de la pregunta sobre la configuración del Congreso, es improbable que Lula logre una mayoría en la Cámara Baja (Diputados). Pero se sabe que esta última semana algunos ministros de Bolsonaro están mostrando una apertura al diálogo con Lula más adelante. Dan por hecho que Bolsonaro va a perder las elecciones. Esta forma de adaptación a las circunstancias variables (y que en Brasil se conoce como “fisiologismo”) revela que la posibilidad de golpe que en algún momento pudo parecer un riesgo real, un poco al estilo Trump, ha sido descartada al menos por una parte del actual gobierno. Naturalmente gobernar en minoría es muy difícil, pero considerando la trayectoria de Lula y sus gobiernos anteriores se puede afirmar que su capacidad de conciliar intereses es enorme. Ese es uno de sus grandes talentos. Su talante de conciliación le permitirá los acuerdos necesarios para gobernar.

Bartet. Un factor fundamental que me parece importante tomar en cuenta es aquel de las iglesias pentecostistas y neo pentecostistas. Un artículo reciente decía irónicamente que Dios estaría muy atento a los resultados de este domingo. El mismo artículo publicado en el diario El País el martes 27 recordaba que en las pasadas elecciones siete de cada 10 iglesias pentecostistas dieron su apoyo a Bolsonaro pero señalaba que esta vez podía haber un transvase de votos parcial a favor de Lula. ¿Qué corrientes internas atraviesan estas iglesias? Hay algunas iglesias más progresistas que otras o son mayoritariamente ultra conservadoras?

Heider. Históricamente Brasil es un país católico. Cabe recordar que en los años ’70 y 80’, en la época de la dictadura militar (1964-1985), la Teología de la Liberación tuvo figuras muy importantes como Leonardo Boff, y Obispos como Helder Camara que desempeñaron un papel destacadísimo en la defensa de la justicia y la democracia. La capilaridad, la entrada, que tuvo la Teología de la Liberación asociada a movimientos intelectuales como el que lideró Paulo Freire con la Pedagogía del Oprimido creó una amalgama que incluyó a sectores marxistas y fue crucial en las movilizaciones sociales de entonces. Así, puede afirmarse que la religión jugó un papel en el cambio de paradigma político, pero también sirvió para establecer lazos comunitarios en lo que se conoció como las “comunidades eclesiales de base”. Pero cuando la democracia se establece en Brasil (1985) ese rol se vacía. Ya desde los años 70 era visible la implantación paulatina de estas nuevas iglesias evangélicas. Estas poseen una serie de diferencias frente a la iglesia católica que inciden en su rápido crecimiento. Por ejemplo, en términos jerárquicos y de organización la iglesia católica responde a una autoridad que es el Vaticano y voluntariamente no entra en la política formal del país. No hay sacerdotes u obispos que se presenten a elecciones o a cargos políticos.

---------------
* Rafael Heiber, doctorado en Filosofía y sociología por la Universidad Complutense de Madrid es cofundador y director del Common Action Forum, fundación internacional de diálogo intercultural y político con sede en la capital española desde el 2015. Brasileño de nacimiento, realizó sus primeros estudios académicos en las universidades de Sao Paulo y Berlín.