El retorno de las “lavativas”
Susana Chávez
Cada cinco años los y las ciudadanas tenemos que escuchar promesas electorales que nunca se harán realidad, no sólo porque de ser elegidos no estarán en capacidad de cumplir, sino porque su slogan de campaña y agenda electoral no tiene ningún fundamento; por ejemplo, la defensa de la familia “natural”, como si las personas solo fuéramos entes biológicos y nuestro único destino fuese la asociación para procrear.
Tenemos otros casos, que por ganarse la simpatía dicen cualquier cosa, algunas tan ridículas que hasta terminan dando un poco de lástima y nos preguntamos ¿Qué clase política nos pretende representar? Eso es lo que ha causado las declaraciones de Luciana León, actual congresista por el APRA y ahora candidata de Alianza Popular, quien muy suelta de huesos recomendó el uso de “lavados vaginales”, como una medida para evitar embarazos producto de violaciones.
Es probable que la Congresista León, aun no sepa que los “lavados vaginales” se originan en las concepciones misóginas de los primeros años de la medicina, profundamente influenciada con el catolicismo que consideraba que la vagina es un órgano sucio (sinónimo de pecado) y en la actualidad forma parte de las prácticas sanitarias proscritas, dado que la vagina tiene sus propios mecanismos de limpieza. También está demostrado lo dañinas que son, porque pueden provocar infecciones locales y lo que es peor, transportar gérmenes hacia la zona pélvica alta (Enfermedad Pélvica Inflamatoria), que constituye uno de los problemas ginecológicos más serios que puede afectar a las mujeres.
Como método anticonceptivo, los lavados vaginales fueron muy populares antes de los 70s, cuando aún la mayoría de mujeres no tenían acceso a los métodos anticonceptivos y buscaban soluciones desesperadas en las irrigadoras y bombillas. Hoy estos artefactos, forman parte de la historia, prácticamente se han dejado de vender y quién los tenga en buen estado, los debería guardar como reliquias.
Actualmente, la prevención del embarazo con lavados vaginales post coitales, forma parte de los métodos folclóricos, que según la ENDES 2014, aún lo usa el 0.4% de mujeres y es tan eficaz como el método del retiro (coito interrumpido) y dar saltos después de la relación sexual. De hecho, es un método al que aún recurren las mujeres sin educación y del quintil más pobre.
En este sentido, se hace difícil creer que la Congresista Luciana León crea realmente en su propuesta de lavados vaginales y su respuesta parecería ser más bien, una carta sacada bajo la manga para sortear su verdadera posición, que es obligar a las mujeres a continuar un embarazo producto de una violación, lo que es muy difícil defender sin una gran dosis de cinismo y crueldad (tal como lo hizo, su nuevo socio político, el Congresista Eguren, cuando habló de la “lubricación” vaginal y claro está, ella no está para perder votos, menos de los y las jóvenes a quienes dice representar.
Lamentablemente, posturas sinuosas y sin fundamento no es una particularidad de la Congresista León. Como ella, hay otros que prefieren no hablar del tema, ni a favor, ni en contra, ya sea por el terror al sentido común o al temor que les genera los sectores más cavernarios de la sociedad, incluyendo ciertos jerarcas de las iglesias, que dicen estar a favor de la vida, pero que no les inmuta que las mujeres se mueran.
Lo que ignoran estos candidatos/as es que las violaciones sexuales en el Perú, son una dura realidad y que 1 de cada 5 mujeres son violadas antes de cumplir los 15 años y miles son condenadas a continuar con un embarazo que no quieren. Estos son hechos que la Congresista de León y quienes piensan como ella, quieren ocultar y se esconden en argumentos que pueden parecer anecdóticos, pero no lo son, como no es una anécdota la situación de miles de niñas madres.
La ciudadanía no nos merecemos una congresista que mienta o que muy sabidamente nos ponga cualquier tontería como “propuesta”, pues eso supera cualquier prerrogativa que tiene un o una candidata. La ciudadanía y en especial las víctimas de violación, merecen más respeto de su parte Congresista Luciana León.
* Enviado el 20 de Marzo de 2016
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