El próximo outsider: ojalá decente, capaz y democrático

Por: 

Rudecindo Vega Carreazo

El Perú pare outsiders políticos con frecuencia, son líderes extraños, independientes, alternativos al sistema político que rápidamente los integra con políticos y partidos tradicionales, algunos han terminado en la cárcel. Nuestra política está corrompida, copada por delincuentes que lideran partidos nacionales o regionales y los dirigen como organizaciones criminales personalmente o en banda; su normalidad es la representación de intereses particulares y criminales, el interés público y nacional ha desaparecido como núcleo de su sentido y definición; nada es transparente, la turbidez y oscuridad son su signo distintivo. En ese tenebroso escenario, hoy, requerimos un outsider democrático, ajeno al crimen, intereses particulares y corrupción, un líder nacional decente, capaz, transparente, cuya prioridad sea el país y el interés común. Increíble, lo que debe ser la esencia de la política, hoy debemos buscarlo fuera de ella.

El primer outsider peruano fue Ricardo Belmont, construyó su imagen en la televisión y ajeno a los partidos tradicionales, con su novísimo movimiento independiente Obras barrió en Lima en las elecciones municipales de 1989 ante conocidos políticos y partidos (Juan Inchaustegui de AP-FREDEMO, Mercedes Cabanillas del APRA, Henry Pease y Enrique Bernales de las izquierdas, etc.). El segundo outsider fue Alberto Fujimori en las elecciones presidenciales de 1990 con su nuevo partido Cambio 90, ganó a Vargas Llosa del FREDEMO, Luis Alva Castro del APRA, Henry Pease, Alfonso Barrantes de las izquierdas, etc. Ambos vencieron al viejo régimen político ideologizado del siglo XX. El tercer outsider exitoso fue Pedro Castillo con otro nuevo partido, Perú Libre, ganó al sobreviviente viejo régimen y al desideologizado nuevo régimen de este siglo representado en Keiko Fujimori de Fuerza Popular, Rafael López Aliaga de Renovación Popular (ex Solidaridad Nacional), Hernando de Soto de Avanza País, Yonny Lezcano de AP, Verónica Mendoza de la izquierda, Cesar Acuña de APP, etc. Un cuarto outsider fue el ex militar Ollanta Humala, irrumpió el 2006 y ganó el 2011. Salvo Ricardo Belmont que deambula en cada elección y ha vuelto inscribir su partido Obras, los outsiders presidenciales han terminado presos por corrupción y/o violación de derechos humanos. Así: un afamado personaje de TV, un reconocido rector universitario, un profesor rural y un militar de rango medio expresan nuestra compulsiva búsqueda nacional de gobernantes fuera de la política. 

El régimen político nacido a inicios del siglo XX bajó el pensamiento de Haya de la Torre, Mariátegui, Víctor Andrés Belaunde y Riva Agüero con el APRA, las tradicionales izquierdas, Acción Popular y el PPC, está en extinción, dando sus últimos estertores, ese ideologizado, inepto y corrupto régimen nos parió a Fujimori y un desideologizado nuevo régimen. El fujimorismo es la marca viva del nuevo régimen desideologizado, eficiente, autoritario y muy corrupto, las fuerzas políticas creadas a finales del siglo pasado y comienzos de este, son el régimen y gobierno vigente, nacen con el fujimorismo y comprenden hasta el anti fujimorismo, nos parieron a Pedro Castillo y al régimen criminal actual; salvo Renovación Popular y Perú Libre, la mayoría carece de doctrina y programa, son propiedades, vientres de alquiler, clubes electorales. El régimen político criminal actual, nacido de las deformaciones electorales (“reforma” lo llamaron) del lagartismo, es una pulverización partidaria espantosa, feria de egos, intereses particulares y criminales, asusta sin dar esperanza, inspirado en bandas criminales más que en el interés patrio. En Perú, para desgracia nuestra, hoy conviven esos 3 regímenes políticos: el ideologizado, inepto y corrupto del siglo XX en extinción; el desideologizado, autoritario y corrupto de finales de siglo, vigente y gobernando y; el régimen criminal actual en plena expansión y desarrollo masivo a nivel nacional. 

Nuestra política está saturada de extraños y advenedizos (outsiders), muchos políticos conocidos con malas mañas y, pocos líderes formados y con buena intención. Con tanto extraño y advenedizo en nuestro tridimensional régimen político nacional, con vientres de alquiler, clubes electorales y hasta organizaciones criminales como partidos o medios de representación, cabe promover, para las 7 elecciones del 2026, outsiders decentes dentro de la normalizada degradación actual, líderes capacitados que prioricen el interés nacional. Donde la criminalidad se ha instalado como normalidad, el estado del crimen ha remplazado al estado de derecho, la ineficiencia y mediocridad a la eficiencia y profesionalidad, la corrupción y oscuridad a la integridad y transparencia, es lógico que aspiremos y deseemos, pero, sobre todo, procuremos un gobernante capaz y honesto, decente y transparente.

El establishment político, responsable de nuestra desgracia actual, está representado por los partidos gobernantes presentes en el congreso y sus líderes que están fuera de él: Fuerza popular y Keiko, APP y Acuña, Perú Libre y Vladimir Cerrón y Perú Libre, Renovación Popular y López Aliaga, Acción Popular y sus “niños”, la bancada de Avanza País y sus aliados de Somos Perú, Podemos, Honor y Democracia y el Bloque Magisterial. Constituyen la mafiosa coalición autoritaria que gobierna; son responsables de mantener a una inepta y arrogante, suntuosa y corrupta presidenta; controlan los poderes y organismos estatales y han destruido la institucionalidad democrática; han estancado económicamente al país y han incrementado la pobreza; exhiben una gigantesca ineptitud gubernamental. Ellos cargan con el 95% del rechazo ciudadano y nulo respaldo, son la podredumbre gubernamental que debemos vencer. Ese régimen tiene aliados fuera del gobierno y desean ser parte de él, han creado sus propias bandas políticas para postular, unirse a las bandas gubernamentales o, desde fuera, seguir “haciendo negociados”, esos advenedizos también deben ser desenmascarados, derrotados.

A estas alturas, debemos saber por quienes NO VOTAR y a quienes BOTAR, a esas bandadas de delincuentes que nos gobiernan en banda y han destruido la institucionalidad democrática para reelegirse. Los ciudadanos, organizaciones sociales y gremiales, líderes y políticos democráticos, debemos saber escoger candidatos y elegir a nuestras autoridades; pero, sobre todo, para promover la creación de frentes sociales, alianzas políticas y no dejar a la suerte la determinación de nuestros futuros gobernantes. Podemos promover esos líderes en extinción que aún existen a nivel nacional y están arrinconados, quizás sean los outsiders que permitan recuperar nuestra democracia y dignidad nacional. Fujimori fue el outsider del régimen político ideológico que fracasó el siglo pasado. Castillo el outsider del régimen político desideologizado, fujimorista, que ha fracasado este siglo. Hoy padecemos un régimen político inepto y criminal en expansión, necesitamos lideres decentes, eficientes, con identidad patriótica para librarnos de él. La oferta de la podredumbre es conocida, debemos derrotarla, saber elegir en la confusa y pobre oferta, por dignidad y amor al Perú.