El Paro Agrario y el diálogo con el gobierno
Fernando Eguren
A propósito del Paro Agrario y la creación de la Mesa de Diálogo, el Centro Peruano de Estudios Sociales –CEPES- manifiesta lo siguiente:
1.El día lunes 13 de mayo se concretó el Paro Agrario convocado por CONVEAGRO y la Junta Nacional de Usuarios de los Sectores Hidráulicos de Riego. Más allá del número estimado de agricultores y agricultoras que ese día se plegaron al Paro, este logró sin duda uno de sus principales objetivos: llamar la atención del gobierno.
2.En efecto, los sucesivos gobiernos han orientado su interés y sus recursos en apoyar a la gran agricultura de exportación, y han marginado de sus políticas a la pequeña agricultura. Esta persistente marginación es inexcusable dada la importancia de la pequeña agricultura para la seguridad alimentaria del país; el mantenimiento de la biodiversidad y la prestación de servicios ambientales; la lucha contra la pobreza y el hecho de ser el sostén de millones de familias y de las economías regionales.
3.Como resultado del Paro Agrario, el gobierno ha decretado la creación, con carácter de temporal, de una “Mesa de diálogo multisectorial para el análisis e identificación de alter-nativas de solución a la problemática del sector agrario” (Decreto Supremo N.° 003-2019-MINAGRI). El objeto de la Mesa de Diálogo es “analizar, identificar y proponer alternativas de solución a la problemática del sector agrario con énfasis en la agricultura familiar, que contribuyan al mejoramiento de la productividad y competitividad del mencionado sector”. La Mesa de Diálogo estará conformada por representantes de los ministerios de Agricultura y Riego, de Comercio Exterior y Turismo, de Economía y Finanzas, de la Producción, del Ambiente, de Desarrollo e Inclusión Social, y por dos representantes de las organizaciones convocantes del Paro: CONVEAGRO y la Junta Nacional de Usuarios.
4. Aun cuando siempre es posible afirmar que mejor es algo que nada, es preciso puntualizar las limitaciones del espacio de diálogo recién creado.
a. Dado el carácter de “diálogo” de la Mesa, es evidente el desbalance entre los representantes del Estado –seis– y los de las organizaciones de agricultores –dos–. Con esa composición, no deja de ser una ironía que en su artículo 10 se estipule que, tratándose de “una instancia de debate democrático”, los acuerdos se tomarán “por consenso”.
b. Los alcances de la Mesa de Diálogo son muy restringidos, dado que se limita a la mejora de aspectos productivos, cuando lo esencial de “la problemática del sector agrario” son las condiciones de vida y la escasez de oportunidades de los productores y sus familias. Este es un gran sector de la población en el cual la incidencia de la desnutrición, la deficiente calidad y cantidad de los servicios públicos a los que accede y el frecuente irrespeto a sus derechos civiles, económicos y ciudadanos son evidentes. Estos temas no son considerados por la Mesa.
c. La Mesa de Diálogo se limita a la generación de informes (artículo 3): uno para el diagnóstico, otro para establecer las prioridades y el tercero que proponga accio-nes, siempre acotadas a la esfera productiva. No es muy claro que de estos infor-mes puedan resultar acciones concretas del gobierno en favor de la pequeña agricultura.
5.Es oportuno recordar que en abril del año 2003 se creó, por Ley N.° 27965, el Consejo Na-cional de Concertación Agraria para la Reactivación del Sector Agropecuario (CONACA). Pa-ra los representantes de la pequeña agricultura hubiese sido más ventajoso la reactivación del CONACA (aunque inactivo, la ley que lo crea sigue vigente), pues fue concebido como una instancia de vocación permanente, de composición más equilibrada y con objetivos más ambiciosos que la actual Mesa de Diálogo.
6.Entendemos que en conversaciones entre CONVEAGRO y la Junta, por un lado, y la PCM, por otro, se ha avanzado en plantear la conformación de mesas de trabajo por temas. Estos temas incorporan presumiblemente varios de los 15 puntos planteados por el Paro y que están referidos, sobre todo, a las justas preocupaciones de la pequeña agricultura más vinculada al mercado . Sin embargo, es preciso aclarar que el mundo rural peruano es muy heterogéneo, pues incluye centenares de miles de familias campesinas y nativas, muchas de ellas organizadas en comunidades que, sin estar desliga-das del mercado, no responden principalmente a motivaciones de rentabilidad económica y para quienes los incentivos para ser más “competitivos” no pasan necesariamente por estímulos de naturaleza empresarial.
7.Sobre la base de las reflexiones anteriores, el CEPES considera que es necesario y urgente atender a los puntos planteados por la plataforma del Paro, pues son justificados reclamos del sector de la pequeña agricultura que está más vinculado al mercado. No obstante, es-tima que la conformación de la Mesa, lo limitado de sus objetivos y los mecanismos para llegar a acuerdos no facilitarán negociaciones que sean satisfactorias para los gremios agrarios. Considera que el diálogo de estos con el Estado debe tener objetivos más ambi-ciosos y bases institucionales más sólidas y permanentes que los de la Mesa, por lo que plantea que uno de los compromisos acordados sea la reactivación del CONACA.
El CEPES juzga que los problemas del sector agrario –léase del inmenso contingente de fa-milias que depende primordialmente del trabajo de la tierra– van mucho más allá que aquellos que serán abordados por la Mesa de Diálogo y que merecen una verdadera reorientación de las políticas económicas y sociales del Estado. De ninguna manera debería considerarse que los acuerdos a los que puedan llegarse en el actual marco de diálogo, por positivos y deseables que sean, significarían haber encaminado al Estado hacia la resolución de la cuestión agraria, cuya complejidad, amplitud, profundidad y persistencia en la historia requieren de decisiones y compromisos de otra magnitud y naturaleza.
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