El Fondo y el Banco en Lima
Carlos Bedoya
En poco más de un mes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) celebraran sus reuniones anuales en Lima. Con ellos, vendrán a Lima más de 10 mil funcionarios públicos, de organismos multilaterales, bancos y empresas de todo el mundo para discutir cosas como el impacto de la nueva política monetaria de Estados Unidos, el devenir de la economía china entre otros fenómenos mundiales.
Y a pesar que el FMI y el BM llegan a hacer su fiesta cuando la economía peruana está en franco declive, el mensaje principal que las comunicaciones de estos dos pesos pesados se centra en que son parte de la historia de éxito económico del Perú, en la onda de decirle al mundo que si siguen sus políticas y recomendaciones les irá también como a los peruanos.
Y allí hay una gran mentira que no podemos dejar pasar, porque se trata de una forma engañosa en la que se quiere interpretar nuestra reciente historia económica.
Las altas tasas de crecimiento del Perú, observado especialmente entre 2005 y 2012, no se debieron a ninguna política aplicada por los tecnócratas del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que nos gobiernan desde Fujimori. Ello ocurrió por el boom de los precios de los metales y el ingreso masivo de capitales de corto plazo, fruto todo de que las tasas de interés de referencia de los principales bancos centrales, como el de Estados Unidos, eran cero o muy cercanas a cero. Y esa condición que empezó en el 2003 ya se acabó, y con ello el auge económico peruano.
Algo que prueba esta afirmación es la recesión peruana de los años 1998-2002. Ya nadie se acuerda de lo malo que la pasamos en esos años por el impacto de la crisis asiática. Y ya para entonces le habíamos hecho caso en todo al FMI y al BM. De igual modo, en el 2009 (la excepción de los años de alto crecimiento) crecimos 0.9 por ciento, tan solo porque los precios de los metales y el ingreso de capitales se resintieron unos meses tras la explosión de la crisis global en septiembre del 2008 (quiebra de Lehman Brothers y varios más bancos y aseguradoras gringas). Ambas cosas se proyectan ahora para el largo plazo. Devaluación, inflación, bajo crecimiento, pérdida de reservas y déficit comercial es nuestra nueva realidad económica y el MEF ya no sabe qué hacer para que la plata vuelva a caer del cielo.
Lo que sí es responsabilidad del FMI y BM respecto de lo que hemos vivido los peruanos desde que Fujimori hizo el shock en 1991, y por lo que tenemos que ajustarle cuentas es la desaparición de la banca peruana de fomento, del instituto peruano de seguridad social, y la privatización de casi todo el Estado peruano, incluyendo el manejo de los recursos naturales. Ahora que la banca comercial nos saca la mugre con sus intereses y condiciones, que las pensiones son de hambre y las AFP evidencian su fracaso, y que ni siquiera podamos manejar un lote con reservas probadas como el 192 y subsidiemos a una empresa cualquiera para que lo haga, entre otras perlas fruto de la ideología que nos impuso el FMI y el BM, tenemos la oportunidad de decírselo en su cara.
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