Diálogo, referéndum, gobierno transitorio: paremos golpismo y desgobierno

Por: 

Héctor Jesús Chunga Morales

El desgobierno no busca cerrar el congreso, realmente. Lo demuestran su improcedente sustento ante el Tribunal Constitucional, -que se cae -como volvió a ocurrir con su demanda contra el acta del Consejo de ministros que concluye haber sido activada la primera crisis total del gabinete cuando los ministros solo podrían refrendar, respaldar, asesorar si el presidente lo hubiese sustentado en acto o hecho, con dicha interpretación. Es él, no los ministros, quien tiene la atribución.

Tampoco el congreso llevó a juicio político (no penal, ni antejuicio pues no corresponden), al presidente Castillo, pudiendo -y debiendo- haberlo hecho en junio pasado cuando el Ejecutivo desacató la citación de la Comisión Permanente violentando el artículo 97 de a constitución. Tampoco lo acusó para juicio político (no antejuicio ni penal porque no correspondían) luego en agosto por infracción constitucional al haber incumplido el art. 118 de la constitución que le obligaba hacer cumplir la orden judicial sobre su sobrino llevándolo –probablemente- en el avión oficial pese a tener citatorio. 

Y el congreso no enjuició políticamente al presidente cuando en setiembre más reciente se infirió que habría estado ocultando en Palacio a su cuñada/hija.  La fiscalía/PNP la buscaba por orden judicial mientras se inutilizaron tres vídeo cámaras. 

Para quienes suponen que lo dicho sería politizar la justicia o judicializar la política, debemos recordar y diferenciar que para un juicio político bastan las sospechas sustentadas o diligencias razonables o elementos razonables de que se ha cometido infracción constitucional por INCUMPLIMIENTO de ésta. Pero éstas no bastan en una acusación fiscal ni en un proceso penal.

Por tanto, seguimos en lo mismo: hay una escenografía de alianza y lucha por Quedémonos todos, en la cual hay violentas acciones mediáticas y procesales, pero rehuyendo hacer LEGAL Y CONSTITUCIONALMENTE lo que se debe. Son chuecos, juegan chueco, a la viveza, sorprendiendo la buena fe ciudadana, que no les importa.

Ambas autoridades electas se quieren quedar al 2026 y por ello hacen fintas jurídicas -falsos tiros al arco- además de que su mediocridad solo les posibilita hacer criolladas jurídicas insustentables ante el Tribunal Constitucional y expertos honorables, salvo para las opiniones de expertos deshonrosos.

Tengamos criterio propio, no seguidismo, tengamos independencia política, democráticamente: que el congreso enjuicie políticamente al presidente y le suceda en el cargo la vicepresidenta Dina Boluarte, y ésta gobierne transitoriamente recortando su mandato a un año para que, a la vez, el congreso se disuelva, dimitan TODOS –como legitima el silencioso coro mayoritario ciudadano en diversas encuestas rechazando todo GOLPISMO. Con elecciones generales adelantadas resolvemos este primer nivel de la crisis. La otra, la crisis de largo plazo, requiere un proceso de transición democrática pactado en la primera etapa, que es inicio de la siguiente. No hay otra, sobre el caballo, con reformas de fondo, estructurales, hacia un Perú micro y pequeño industrial diversificado en una Latinoamérica que sea bloque-bisagra bioceánica, para ganar relación de equidad ante el peso que trae la nueva ruta de la seda, asiática.

¿Cómo ir a elecciones generales adelantadas? 

En el marco de un Diálogo en el Consejo de Estado, consultando a organizaciones de la sociedad civil y de la sociedad política. El nuevo grupo que designará la OEA –de carácter político- puede brindarnos asistencia, luego que presente informe el grupo de diagnóstico al Consejo Permanente. 

En el Diálogo nacional se concertará y lo viabilizará el Consejo de Estado, partiendo de lo que hemos propuesto los colectivos sociales y políticos –sin inscripción en el JNE- en el plural espacio de Consenso Ciudadano a través de un anteproyecto de reforma constitucional y mediáticamente, sobre todo, por la cumplida labor inicial del expresidente Francisco Sagasti, habiendo luego surgido otros espacios con propuestas singulares como Coalición Ciudadana, definido como apartidario, con siete propuestas que convertirían en proyecto, y apostando a ser próxima nueva generación de políticos partidarios en su momento. Ambas coaliciones debiéramos coordinar apuntar en común, marchando cada quien en sus filas. El pueblo atestigua lo contrario.

Actualizo y preciso las propuestas para el Diálogo –movilizándonos, reuniéndonos- a cargo del Consejo de Estado y que Consenso Ciudadano estaría por tratar: 

  • que se cambien las reglas electorales –lo que requiere Referéndum aprobatorio- para mejorar y ampliar la cancha postulante y no salgan los mismos, aunque está probado que máximo el 20% se reeligen en el Perú. Al resto el pueblo los castiga, bien.
  • coincidir en mínimas reformas constitucionales –pero no solo políticas, craso error si se siguiera este unilateral camino-, también mínimas reformas económicas, interculturales, socioambientales y de justicia transicional, encargadas vía el Referéndum, de resolver al próximo congreso.
  • y para que elijamos nuevos gobierno y congreso en unos cuatro meses, aprobado en el mismo Referéndum.

La sucesión constitucional al presidente Castillo corresponde a la vicepresidenta Dina Boluarte, porque no amerita destitución ni suspensión a su inconducta administrativa. Ojalá haya recapacitado –darse la oportunidad de mejorar- luego de tener que, en consecuencia, renunciar al RENIEC en donde laboraba por años, por similar situación a la del Club Apurímac. Nuestro pueblo no toleraría que Dina Boluarte se comporte como Mercedes Aráoz. Nuestra apurimeña compatriota tiene una oportunidad, su propia bala de plata, o lo contrario. En estas circunstancias aflora el real ejemplo que somos.

El 87% del pueblo tiene razón, una y otra vez: si cae el presidente Castillo que sea SIN GOLPE, NO POR GOLPISTAS. El Perú tiene las normas para hacer con justicia las cosas: la espontánea voz ciudadana antigolpista, en aumento, por Qué se vayan todos, debiera ser honrada por políticos electos y los opinantes en la sociedad. Dejen(mos) de estar calculando si pescan un puestito haciendo cola en la calle Desamparados al lado de Palacio de Gobierno o en el pasaje de los Pasos Perdidos dentro del Congreso. 

El pueblo siempre supo qué salida democrática requerimos. En el globo están marcando la pauta los actos de autodeterminación silentes o irruptores sin continuidad, pero que dejan su huella, marcan la línea a seguir. Las políticas aprenden si mandan, obedeciendo, por una nueva democracia que así será más representativa cuanto más participativa sea.