Fidel Ramírez, rector de la Universidad Alas Peruanas, conocido no solo por abrir filiales de esta casa de estudios a diestra y siniestra, sino también por su “generosidad” para pagar viajes a ciertos padres de la patria, quiere ahora ser Presidente del Perú.

Para cumplir esta meta ya tiene inscrito su partido llamado Participación Popular (PAPO) y espera, en el 2011 integrar alguna plancha presidencial.
César Acuña, rector fundador de la Universidad César Vallejo y actual alcalde de Trujillo parece tener deseos en la misma dirección. La semana pasada, en una entrevista en La República confirmó que su agrupación política (Alianza para el progreso) se presentaría a las elecciones presidenciales en el 2011 y, aunque no está decidido aún por el voto de los partidarios, él sería el candidato. Vemos entonces dos casos de rectores de universidades privadas con dueño que buscan ocupar nada menos que el sillón presidencial.
Lo que llama la atención es que estos probables candidatos presidenciales sean dueños de universidades con una cantidad considerable de filiales que, al parecer, les abrirían las puertas en las próximas elecciones porque estas se encuentran en todo el país. ¿Acaso será que ahora el trampolín para llegar a la Presidencia son las universidades? 
Recordemos a Raúl Diez Canseco quien fue vicepresidente durante el gobierno de Alejandro Toledo, obligado a renunciar luego de un escándalo, y dueño de la Universidad San Ignacio del Loyola (USIL). Si bien su trayectoria política se inició antes de que abriera la USIL, es evidente que aún no descarta  participación política pues ha afirmado que desea ser candidato presidencial en el 2011 con su Partido Político “Pueblo Emprende”. En la misma línea tenemos a José Antonio Chang, Ministro de Educación en este gobierno de Alan García, dueño y rector de la Universidad San Martín de Porres quien también ve con ojos interesados algún otro futuro político.
En nuestro infodiario No. 142, “Dizque universidades”, afirmamos la importancia de contar con un equipo de especialistas independientes que acrediten las universidades para que puedan funcionar. Debido al Decreto Legislativo fujimorista No.882  se permitió la creación de una serie de universidades cuya calidad educativa es, hasta el momento, dudosa. ¿Hasta qué punto los alumnos de dichas universidades están pagando por un servicio deficiente que no merecen? 
Por ello estas dos candidaturas, y otras que pueden aparecer en el futuro con los mismos perfiles de candidatos, deben ser bien revisadas. Si estos candidatos a la presidencia llegan a sillón presidencial ¿qué le espera a la universidad pública durante sus gestiones? ¿Creen que la calidad universitaria mejorará con dueños/rectores que antes que por la calidad educativa, apuestan por hacer negocio? 
Estos ya no son los tiempos en que destacadas figuras intelectuales desarrollaban su perfil en la universidad, para luego pasar al campo político. Recordemos el caso de Fernando Belaúnde, ex decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional de Ingeniería y luego Presidente de la República, o el caso de Luis Alberto Sánchez, ex rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y luego de ello, parlamentario y Presidente del Senado. En estos dos casos tenemos a destacadas figuras del campo universitario que por sus méritos académicos y no por la acumulación económica en casas de estudio, llegaron al campo político.
Lamentablemente sin universidades competitivas no hay desarrollo posible. En ese sentido, es lamentable que este nuevo trampolín a la presidencia además de brindar educación de baja calidad a la población, consista también en regalar favores a personajes fuertes vinculados con el gobierno de turno. La educación y los peruanos seguimos perdiendo.