Tengo el orgullo de ser peruano y soy feliz¹
“La responsabilidad del acusado Alberto Fujimori está comprobada más allá de toda duda razonable” César San Martín, presidente de la Sala Especial de la Corte Suprema.
En Otra Mirada nos esforzamos por dar una visión alternativa de los hechos ocurridos en el país, que les permita a nuestros lectores alimentar su perspectiva de los acontecimientos con puntos de vista distintos a los dominantes. Ello nos lleva a discrepar, la mayor parte de las veces, de las posiciones de instancias oficiales. Sin embargo, ayer ha sucedido un hecho singular en nuestra historia nacional. Un hecho sobre el cual los peruanos nos sentiremos orgullosos por generaciones.
La condena al ex Presidente Fuijmori hecha por una Sala Especial de la Corte Suprema, con la mayor pulcritud jurídica posible, nos hace pensar que no solo Otra Mirada, sino también otro Perú es posible. Un país en el que delincuentes como Fujimori están notificados de que sus crímenes no quedarán impunes, más allá de los altos cargos que puedan ocupar en el Estado. Pero también aparece la posibilidad de tener un país de leyes, donde la relación entre gobernantes y gobernados no esté regida por la arbitrariedad sino por el derecho, sin importar el poder o el dinero que eventualmente tenga cada cual.
Esta sentencia sienta también la pauta de una reforma fundamental que debemos acometer si queremos transformar este Perú en un país democrático y desarrollado. Nos referimos a la necesidad de limpiar la casa con una amplia y profunda lucha contra la corrupción que no solo permea los diferentes niveles del poder sino que, peor aún, se ha convertido en una forma de interacción entre las personas. Si se ha condenado con todo el rigor del caso a quien ha cometido crímenes atroces bien se puede enfrentar a ese monstruo que envilece nuestra vida cotidiana.
Esta condena prestigia al Poder Judicial, tan venido a menos a los ojos de la ciudadanía, y evidencia que la indispensable democratización del país pasa por una justicia que luche contra la impunidad. Mal haría entonces la Sala Revisora de la Corte Suprema en modificar o, peor aún, anular la sentencia condenatoria, que comentamos.
El Perú necesita de hechos como este que nos renuevan la esperanza en un país en el que vale la pena vivir.
¹ Letra del vals “Mi Perú” compuesto por Manuel Raygada Ballesteros
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