Cateriano: un demócrata de cóctel
Nicolás Lynch
La presentación de Pedro Cateriano para lograr el voto de investidura ante el Congreso de la República revela la esencia de este político cercano a Mario Vargas Llosa: la de ser un demócrata de cóctel. Sin mirar su gestión anterior en este gobierno sino tan solo los pasos que ha dado en los últimos días, podemos tener una idea de conjunto. Cuando se trató del diálogo con los partidos de oposición se reunió sólo con la derecha neoliberal, cuando fue al Valle del Tambo en Arequipa para propiciar el “diálogo” con los pobladores les ofreció palo a sus dirigentes, sumándose abiertamente al coro reaccionario que toma a los líderes sociales como delincuentes, cuando ha ido al Congreso a pedir el voto de investidura como Premier pide “facultades extraordinarias” como si encabezara un gabinete de estreno de un gobierno democrático y no uno de salida del mismo.
Cateriano expresa abiertamente lo que otros políticos que han ocupado el mismo cargo piensan pero guardan “in pectore”, que la democracia tiene límites y que estos deben ser celosamente guardados porque de lo contrario esta se pierde, paradójicamente, en manos del pueblo. De allí que los que no son neoliberales no cuentan, que a los dirigente sociales hay que educarlos en el modelo y si no se convencen meterlos presos y el Congreso está bien para las ceremonias, pero en realidad no funciona y le debe ceder la palabra a sus “expertos” para que estos se ocupen de las cosas serias.
Es bueno precisarlo porque esta es la síntesis del pensamiento de quienes, como Cateriano, han frustrado este régimen que recuperamos el 2000 de manos de la mafia de Fujimori y Montesinos. Con estos planteamientos Cateriano incinera su trayectoria antifujimorista de los noventas y se convierte, a la postre, en uno más de los que no quieren que en el Perú los votos se conviertan genuinamente en gobierno democrático.
Insiste por ello en facultades extraordinarias en materia económica, donde ya se han dado facultades de ese tipo, para seguir en la misma línea de medidas para “destrabar la inversión”, que como ya hemos dicho en Otra Mirada, apuntan mal a continuar exprimiendo el trabajo y dañando el medio ambiente, en lugar de incentivar la producción y el consumo. Asimismo, no menciona el tema urgente de la reforma política para garantizar lo que es su obligación, elecciones no solo libres sino también justas, de lo cual estamos lejos por el momento.
¿Cuánto va a conseguir Cateriano de su agenda? Si bien ha logrado la investidura como Premier probablemente consiga muy poco de los poderes que pretende. La razón es que le ha tocado el premierato en una coyuntura de vacas flacas y cercanía electoral. El reclamo popular va a estar entonces a la orden del día y su espacio para reprimirlo, más allá de irse de boca de vez en cuando, es limitado, ya que cualquier exceso se va a mezclar cada vez más con el proceso electoral. Por otra parte la derecha lo quiere de administrador de sus intereses pero sin que gane mucho lustre, para que no amenace las pretensiones de ninguna de sus facciones de cara al 2016.
¡Qué pena! El liberal de los noventas del siglo pasado termina de neoliberal ya entrado el nuevo siglo, convirtiendo al político que se opuso al golpe del cinco de abril de 1992 en un premier de la crisis del régimen de la frustración democrática.
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