Róger Rumrrill
La guerra a muerte entre Castillo y el Congreso, controlado por la ultraderecha, descarrilaron al país a casi una paralización y quiebra del Estado, entre otros impactos y efectos. Es cierto que el enfrentamiento ha sido feroz y caníbal entre el Ejecutivo y el Congreso, especialmente de parte de los sectores de ultraderecha fascista. Pero creo que el más hostil adversario y el peor enemigo de Castillo ha sido el propio Castillo.