APEC y el Puerto de Chancay

Por: 

Rudecindo Vega Carreazo

Oportunidad de desarrollo o colonización comercial

Es importante y bueno que el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) se realice por tercera vez en Perú (antes fueron el 2008 y 2016); es un reconocimiento al Perú y su proceso económico de las últimas décadas. APEC es un foro mundial de cooperación económica integrado por 21 países que representan 2 tercios del PBI y la mitad del comercio mundial. Hay socios como China, EE. UU., Japón, Australia, Nueva Zelanda, México, Rusia, Canadá, Corea, etc.; fue impulsado por Australia y Japón hace 35 años (1989), y que fuimos integrados en 1998. Su finalidad es promover la liberación del comercio y la inversión y, la cooperación técnica y económica entre los países miembros. El crecimiento económico del Perú de las últimas décadas, con todos sus problemas, también obedece a nuestra integración en este foro mundial: las importaciones, exportaciones, Tratados de Libre Comercio, son indicadores de ello.

En el marco de APEC, la ubicación geopolítica del Perú es privilegiada, somos el punto equidistante en Latinoamérica y el más directo desde Asia. A nivel sudamericano compartimos con Chile la calidad de miembros plenos de este foro, Ecuador no lo es y Colombia participa en comisiones. Brasil sin tener salida al pacifico ha sido invitado, está interesado en integrarse y, el Perú es su mejor salida al pacífico. En términos comerciales y portuarios, más que nuestras competencias, hoy son destinos muy utilizados los puertos de Chile y México. Lamentablemente, en términos de tecnología e infraestructura portuaria nuestro país está muy atrasado en comparación con ambos países. Ese hecho cambiará con el nuevo puerto de Chancay, nos convertiremos, en uno de los centros comerciales de los países integrantes de este foro. Lo que se viene para el Perú, más que un desafío y reto, es una enorme oportunidad de crecimiento y desarrollo. O somos un polo de desarrollo económico o nos convertimos en una colonia del comercio transnacional.

El Puerto de Chancay, por su estratégica ubicación geopolítica, será un puerto central de la comercialización con China y Asia; la actividad económica comercial crecerá sustancialmente y, en este aspecto, nuestro Perú no está preparado, necesitamos correr en inversiones tecnológicas y de infraestructura para aprovechar ese impulso económico en bien del país, antes de ser aplastados por iniciativas que no nos beneficien y, como país productor de materias primas, con intercambio comercial acotado y deficitario, termine obstaculizando nuestro desarrollo. El Puerto de Chancay y la APEC deben ser referenciados como pilar central del desarrollo nacional las próximas décadas: o convertimos al Perú en un puerto de trasporte de materias primas y comercio internacional o, aprovechamos la oportunidad e impulsamos un proceso de diversificación productivo para convertirnos en un centro de producción, comercialización y cooperación económica de APEC.

Nuestro Perú no tiene la infraestructura terrestre para soportar o facilitar una dinámica comercial como la que viene, requerimos una política estatal que promueva inversión pública y privada que permita el transporte comercial terrestre y marítimo desde el Perú a Brasil, Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile, Bolivia. Nuestras carreteras son pocas y no han sido pensadas para un trasporte tan fluido y pesado; necesitamos carreteras y terminales internacionales, nacionales y regionales y no existe una política pública ni programa nacional pensado. Tampoco tenemos cabotaje nacional que pueda atender un intercambio comercial grande, el transporte de carga marítima o fluvial entre puertos es reducido, lo más probable es que inversión extranjera ingrese, cope y se haga cargo de ella; necesitamos, urgente, una política nacional de puertos. Para aprovechar el impulso comercial de APEC y el puerto de Chancay necesitamos desarrollar, también, infraestructura complementaria en todas las rutas comerciales terrestres, marítimas y nuestras ciudades.

Chancay sufrirá en los próximos años una gran transformación, debería tener, pronto, un plan de desarrollo que regule su crecimiento las próximas décadas, todos parecen verlo como un hub de transporte y carga y, con seguridad, será mucho más. Chancay debería ser planificado como una metrópoli comercial y financiara de Sudamérica. No dependerá de los peruanos, será el puerto americano de los chinos y asiáticos y el puerto sudamericano de conexión con el Asia para nuestros vecinos. No podemos concebir Chancay como un ciudad o gran ciudad peruana, debemos concebirla como una metrópoli, un centro económico para Asia y Sudamérica, afincado en el Perú.

El Perú debería valorar mejor, en términos geopolíticos su rol en la APEC, nuestras relaciones políticas mundiales pueden ser optimizadas con todos nuestros socios comerciales y potencias mundiales. Hoy China es nuestro principal socio comercial y EE. UU. el segundo, ambos mantienen una tensa disputa por el liderazgo mundial, el Perú debe negociar y sacar ventaja con ambos, sin hipotecar con ninguno su independencia económica, comercial, financiera y menos política. Los próximos años serán determinantes para construir una nueva política internacional, algo que el actual gobierno, claramente, no están en capacidad de pensarlo y menos hacerlo. El puerto de Chancay, es sólo un eslabón geopolítico, del rol que puede jugar nuestro país en el seno de la APEC, el puerto de Chancay puede y debe ser nuestro elemento percutor para convertirnos en un eje del desarrollo económico Asia Pacífico.

El Perú también debe prepararse para combatir las malas prácticas económicas, laborales y ambientales y el crimen transnacional que traerá la creciente y ferviente actividad comercial mediante la APEC y el puerto de Chancay; hoy también somos un hub del narcotráfico, minería ilegal, contrabando, tráfico ilegal de flora y fauna y podríamos ser más y peor. Nadie habla de este riesgo mayor que puede traernos tanto daño como beneficio, nuestro país está infestado de cárteles criminales, nacionales y trasnacionales, consolidados en diferentes economías ilegales, legales e informales; con manejo gubernamental inclusive. Este riesgo de malas prácticas y criminalización del crecimiento y desarrollo no se solucionará con perros detectores, drones o tecnología digital que puede ser usado por el mismo crimen; más que medidas puntuales, necesarias, por cierto, es urgente y prioritario definir políticas públicas, acuerdos e instrumentos para combatir esta desgracia masiva actual: el crimen nacional y transnacional.

Los peruanos, necesitamos que APEC y el Puerto de Chancay sean instrumentos de desarrollo nacional formal, ajeno al crimen y la informalidad. Requerimos un nuevo gobierno con visión de país; necesitamos peruanos dispuestos a combatir a la mafiosa coalición autoritaria que nos gobierna y tiene organizado, fraudulentamente, su reelección criminal y continuidad. Que APEC sea nuestro espacio de comunicación, para hacer saber al mundo, que Perú es un país digno y no avala criminales en los negocios ni en los gobiernos.

Exijamos solidaridad para salvar al Perú.