Antauro Humala encerrado en sus contradicciones
Víctor Caballero Martin
Antauro Humala es un mal político y un pésimo estratega; lo demostró primero con la excursión militar por los páramos de Moquegua con un grupo de soldados que lo vendió como insurrección que nadie entendió ni apoyó; luego con la intentona de asaltar una comisaría en Andahuaylas que, según él, desencadenaría la caída del gobierno del recientemente elegido Alejandro Toledo, que terminó en fiasco fatal y con él preso. Intentó luego convertir la candidatura de su hermano Ollanta Humala como mascarón de proa de un gobierno del denominado etnocacerismo, y fracasó en toda la línea, traicionado por su propio hermano, quien para ser candidato presidencial se desprendió como sea de él y del etnocacerismo.
Ya en la cárcel, intentó construir una base política con el cual capitalizar el descontento natural de las bases rurales y provincianas del país. El objetivo era construir partido, participar en las elecciones y ser candidato presidencial. Como no logró inscribir su partido etnocacerista, buscó aliarse con líderes de partidos inscritos que le permitan participar en las elecciones congresales de enero pasado. Quien lo cobijó fue nada menos que José Vega Antonio, de sinuosa trayectoria y alianzas políticas increíbles. En esa alianza de intereses primarios: Antauro y sus bases eran el “gancho” que José Vega requería para reactivar su partido; a su vez, Antauro pensaba que podía hegemonizar UPP e imponer condiciones en la perspectiva de “levantarse” UPP. Mala jugada: intentó hegemonizar la bancada UPP; como no pudo, amenazó con dividirlo y armar su propia bancada. No le salió ni lo uno ni lo otro.
Así, en esas desventuras le llegó la decisión del Congreso de la República de prohibir que sentenciados por delitos comunes sean candidatos para Presidente, Congreso, Gobiernos Regionales y Locales. Pero ya para entonces, sus bases empezaron en una bronca interna por “liderar” el partido.
Así, en ese proceso de debates internos las bases etnocaceristas convocaron al X Congreso Nacional el 28 y 29 de febrero pasado en donde los militantes proclamaron el liderazgo de Antauro aunque en el fondo lo que estaba en discusión era elegir una nueva dirección política del Etnocacerismo. El evento concluyó en una bronca feroz: desaparecieron el acta del evento, algunas bases se rebelaron contra Antauro, le declararon traidor por su alianza con el congresista Edgard Alarcón, otras se salieron de ese Congreso y no reconocieron sus acuerdos. Los que se quedaron en ese evento liderados por los congresistas Posemoscrwote Chagua Payano y Carlos Chavarría Payano se eligieron como los nuevos dirigentes del nuevo partido que en adelante se llamará PARTIDO ETNOCACERISTA REVOLUCIONARIO UNIDO (P.E.R.Ú.).
Con este acuerdo, los dirigentes mencionados y sus bases, iniciaron el proceso de recolección de firmas para su nuevo partido, con el pleno convencimiento que lograrían las firmas requeridas; pero, a continuación, vino la bronca interna entre ambos líderes: Posemoscrwote inició una intensa campaña de pintas murales en calles y carreteras anunciando su candidatura el 2021, presionando con ello a las bases de P.E.R.U. y a los partidos con los cuales querían aliarse: es decir, imponer su candidatura como si fuera el heredero legítimo de Antauro Humala.
A su vez Carlos Chavarría hacía lo mismo: rompió con Posemoscrwote, y buscó aliarse con otros partidos; trató primero aliarse con Ciro Gálvez del partido RUNA, pero fracasó en el intento. Ahora se sabe que está en conversaciones con Juntos por el Perú para firmar una alianza que obviamente tiene a la base acuerdo de cuotas en las listas congresales. Otra fracción viene también conversando con Perú Libre de Vladimir Cerrón, según manifiestan.
Lo cierto es que Antauro Humala, confinado y sin posibilidades de imponer nada, ha declarado traidores a las dos fracciones: la de Posemoscrwote y la de Chavarría. Probablemente Antauro, ya sin fuerza de nadie, seguirá la alianza con UPP de Vega Antonio, pero ya preso de este personaje sinuoso quien junto con Edgard Alarcón y Humberto Acuña, ambos con investigaciones de corrupción el primero y sentenciado por corrupción el segundo, usarán a Antauro como figurón para captar votos.
Pobre Antauro Humala. Tanto que predicó una insurrección violenta; tanto que amenazó con fusilar a los corruptos; tanto que se esforzó por forjar un partido para tomar el poder, terminó con un partido dividido, aliado de corruptos.
Comentarios
Santiago Vásque... (no verificado)
Mié, 10/14/2020 - 08:45
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Una triste pero necesaria radiografía de una aventura.
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