Seguridad ciudadana. Cifras que incomodan
En medio de la atención mediática que ha significado el caso Odebrecht y la implicación del expresidente Alejandro Toledo, hay temas que pasan de forma inmediata a un segundo plano. Uno de esos temas es el de la seguridad ciudadana y la situación en la cual los ciudadanos se sienten desprotegidos por las instancias que deberían prestarle cuidado frente a la delincuencia común y la organizada.
Una reciente encuesta sobre el tema, realizada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) señala que solo 4 de cada 10 peruanos (36,6%) se siente seguro y protegido por el patrullaje mixto realizado por la Policía Nacional con el Serenazgo distrital.
Sin embargo, esa percepción de falta de vigilancia, disminuye drásticamente cuando se le pregunta a la gente si se siente cuidada por la Policía Nacional, exclusivamente. Al respecto, solo 2 de cada 10 peruanos (18,9%) se siente protegido.
En la totalidad de las cifras, la percepción general de inseguridad ciudadana ha aumentado de 88,4% al 89,2% a nivel nacional.
La encuesta realizada entre el 12 de enero y diciembre del 2016, muestra cifras que han preocupado al ministro del Interior, Carlos Basombrío, quien no dudó en remitirle una comunicación al director de la Policía Nacional, Vicente Romero, expresando su fastidio por el incremento de estas cifras. Pero ¿realmente estamos tan mal en materia de seguridad ciudadana? ¿Nada ha mejorado en estos últimos años?
CIFRAS Y CONTEXTOS
Arturo Huaytalla, es investigador en temas de Seguridad Ciudadana del Instituto de Defensa Legal (IDL). Él señala que, efectivamente existe una disminución en la percepción de seguridad, pero hay que definir lo que se refiere al patrullaje mixto, con el de la Policía de forma individual.
Huaytalla afirma que aquí las cifras demuestran una disminución en la sensación de vigilancia. En el 2013 la vigilancia de la policía estaba en 20,2% y el 2016 tiene la cifra más baja con 19,7%, recuerda.
Esta cifra tendría alguna relación con la actuación de la Policía en sus relaciones con los vecinos. El investigador del IDL señala que la relación institucional de la policía con los vecinos aún no es adecuada.
“No se ve una presencia policial. Es una policía distante, no toda, pero en su mayoría está alejada de la ciudadanía y la percepción de la vigilancia no solo pasa por el patrullaje sino en la relación que construyes con los ciudadanos”, puntualiza.
“EL MIEDO CORRE POR UNA CUERDA DIFERENTE”
Nicolás Zevallos, investigador del Laboratorio de Criminología de la Universidad Católica, afirma que se debe diferenciar tres aspectos para entender el tema de la seguridad ciudadana. “primero hay que diferenciar la denuncia, la victimización y la percepción. Aunque son fenómenos relacionados, son cosas distintas. Una cosa bastante regular (no por eso buena) es que la percepción sea siempre mayor que la victimización y/o denuncia”, señala.
Para Zevallos Trigoso, se debe entender que además de estos tres fenómenos hay que entender un aspecto más: El miedo. “Esto corre por una cuerda diferente. Para reducir el miedo al crimen se requieren estrategias diferentes, mucho más relacionadas con la rapidez y la calidad de la respuesta, antes que la efectividad de la misma”.
“Una hipótesis al respecto puede ser que a la gente no le basta con ver al patrullero, sino que necesita que llegue rápido cuando lo llama. Lo importante es preguntarle a la gente por qué no se siente protegida. Y eso no se ha hecho hasta ahora”.
VICTIMIZACION ¿EN VERDAD HA DISMINUIDO?
Una cifra que puede usar el Gobierno a su favor es el de la ligera disminución de las cifras de victimización, entendida como el número de veces que una persona es víctima de un delito. Ésta ha llegado a su cifra histórica más baja (28,8%) desde el 2010 (33,1%). Huaytalla señala que si bien “no es una cifra que alegra permite ver una ligera disminución (…) Ahora, no existe algo que señale una relación directa entre la actuación del Ministerio del Interior con la reducción de esta cifra”, asegura.
Por su parte, Zevallos califica de comprensible que la victimización se haya reducido, lo cual puede ser explicado “a partir de que la gente toma mayores cuidados o que los operadores de seguridad están siendo más efectivos en la prevención y disuasión del delito”.
Además baraja una hipótesis, basada en la experiencia con los serenazgos: “la rapidez y la calidad de la respuesta. Los serenos no pueden detener a nadie. Sin embargo, llegan rápido y te tratan relativamente bien (al menos en los distritos que tienen mejor percepción). Entonces no es raro que tengan una mejor lectura de ellos que de la policía”., finaliza.
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