Hace un tiempo en Otra Mirada escribimos sobre algunas de las reformas que parecen abrir un nuevo periodo en Cuba (ver aquí).

Entre estas reformas, la migratoria es una de las más visibles por su inmediatez. Es debido a esta medida que Yoani Sánchez, una de las opositoras mediáticas más importantes al régimen cubano, ha podido por fin salir del país. La gira que ha iniciado la bloguera más conocida de Cuba parece más la de un Jefe de Estado o una gran estrella de rock como señaló el medio brasileño Opera Mundi. La tuitera cubana recorrerá durante casi dos meses más de una docena de países como México, EE.UU, República Checa, y también nuestro país, el Perú.

La primera parada de la también filóloga ha sido Brasil, donde su primera actividad fue por demás accidentada. Un gran número de agrupaciones que apoyan al gobierno cubano asistieron al acto y entre cuestionamientos y gritos buscaron impedir dicho acto. Fue la participación de una de las figuras del Partido de los Trabajadores  y compañero de varios de los que ahí protestaban, Eduardo Suplicy, quien tuvo que aquietar las aguas y defender el derecho de Sánchez a criticar al régimen cubano.

Según sus opositores, Yoani Sanchez no es una simple opositora, sino más bien parte de un escenario mayor, donde son otros los que mueven los hilos. Como recuerda Salim Lamrani, profesor universitario y periodista francés, la biografía de la bloguera estrella de la disidencia cubana, está llena de claroscuros.

“Generación Y”, el blog de Sánchez, fue abierto en el año 2007, después de que ella volviera a Cuba luego de permanecer 2 años viviendo en Suiza. A partir del año siguiente, los premios y menciones llegaron sin cesar para la activista. De esta manera, Yoani ganó el premio Ortega y Gasset de periodismo digital otorgado por la fundación del diario El País de España, así como nombrada corresponsal de dicho diario en la Habana. Fue también nombrada por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) como Vicepresidenta de su comité para la libertad de prensa e información. Como señala Lamrani, la periodista cubana ha recibido premios por alrededor de 250 mil euros y su blog está disponible en más de 18 idiomas. Asimismo, Sánchez debe ser una de las pocas blogueras que ha tenido acceso al Presidente de EE.UU, Barack Obama, quien respondió “gentilmente”, como señaló la propia autora de Generación Y, a un cuestionario de siete preguntas.

Como señalan algunos de los cables diplomáticos filtrados por wikileaks, Sánchez se reúne no sólo frecuentemente con funcionarios de la sección de Intereses de EE.UU. en la Habana; sino que es vista por la diplomacia norteamericana como pieza clave en un escenario de transición diseñado desde Washington.

En América Latina la intervención para moldear gobiernos y transiciones políticos ha sido moneda corriente. La desarticulación de las agrupaciones de izquierda y de los trabajadores organizados, elemento fundamental para la puesta en marcha de los paquetes de ajuste estructural y las reformas neoliberales. Sería conveniente que alguno de los que seguramente entrevistará a Yoani Sanchez, ahora que está en Lima, le pregunte por el tipo de transición que está impulsando.

¿Será acaso una de apertura indiscriminada que privatice toda la economía y desregule masivamente los mercados, eliminando los derechos y avances sociales que el pueblo cubano ha sabido construir en más de 60 años? En Cuba existe otra oposición, mucho menos mediática que la que Yoani Sanchez representa. Una oposición a un régimen de partido único que apunta a profundizar y desarrollar la democracia y el socialismo. Ojalá los entusiastas con la llegada de la bloguera estrella a nuestro país busquen también esas voces. Las voces de grupos de oposición, independientes al actual régimen cubano, pero que luchan porque su patria no vuelva a ser una colonia vacacional de los EE.UU.