Una revolución bajo tierra
Antoine García Goldet, ingeniero SUPAERO
Hoy quiero contarles la historia de una revolución que ocurre bajo tierra en Francia: El metro de París, nacido en 1905 del corazón del ingeniero Fulgence Bienvenüe, se vuelve automático por completo.
¿Y eso qué significa? Nada que no sepamos. Que los trenes pueden funcionan sin conductor es algo ya sabido desde las series de Netflix. Pero lo nuevo es que el impulso generado por la automatización del metro permitirá un tren cada 100 segundos alcanzando picos de velocidad de 70 km/h y pronto de 110. Tendrá una calidad de servicio única y transportará un número considerable de pasajeros, objetivo inalcanzable con el limitado sistema actual. Agárrense que aquí van algunas cifras: La construcción de más de 200 kilómetros de nuevas líneas de metro es la segunda obra más importante a nivel mundial después de la edificación de la nueva ciudad NEOM en Arabia Saudita. Dos líneas, la numero 14 y la 1 ya están íntegramente automatizadas de Este a Oeste - y siete están en construcción y/o progreso de automatización: La línea 4 de norte a sur, 4 líneas (15, 16, 17 y 18) del ya famoso anillo del Grand París cuentan con 68 nuevas estaciones, Hay más. El tren de cercanías RER E que va de este a oeste, el tren del aeropuerto de Roissy-Charles de Gaulle que conecta la estación de Gare de l’Est al aeropuerto en apenas 20 minutos.
Todos empezarán a funcionar para los juegos olímpicos en 2024 o justo después, obras construidas en un tiempo récord. Estas nuevas líneas vendrán a completar las preexistentes catorce líneas de metro y las trece líneas de tren-de-cercanías existentes, que transportan doce millones de pasajeros al día. Mientras tanto, veinte y unas tuneladoras trabajan las 24 horas del día y la ejecución de obra se maneja dentro de una envoltura presupuestal de 50 mil millones de euros (€). Estas realizaciones le darán la vuelta de Paris y permitirán a los habitantes de las afueras de ir a trabajar o realizar sus actividades sin tener que pasar por el centro de la ciudad.
El objetivo de servicio ciudadano es simple: ahorrar tiempo, dejar el carro en la casa, conseguir chamba en los centros de actividades relacionados con la malla de transporte urbano y periurbano. La organización para llevar a cabo tales obras es también sencilla: El Estado, los gobiernos regionales y las municipalidades, financian la inversión; un organismo ad hoc ejecuta, selecciona proveedores, suscribe los contratos con las empresas constructoras y las empresas supervisoras. Luego se entrega la obra a un operador, los famosos RATP o SNCF bajo un régimen concursal de licitación. Miles de ingenieros, técnicos y obreros trabajan entre treinta y setenta metros bajo tierra. Pertenecen a constructoras como VINCI, Eiffage o Bouygues, o Supervisoras como SETEC, Veritas o SYSTRA y proveedoras como las empresas de sistemas y trenes ALSTOM, Siemens, THALES. Hay desafíos increíbles en estas obras como es cruzar -por debajo- el gigantesco centro de negocios de La Defense a 70 metros de profundidad, que ya cuenta con tres líneas. O la extensión de la línea 14 hasta el aeropuerto de Orly al Sur.
Todo esto antes de los juegos Olímpicos y a pesar que la COVID nos castiga con una violenta quinta ola, ómicron.
Una de las estaciones más espectaculares será Saint-Denis Pleyel. Diseñada por el arquitecto japonés Kengo Kuma representa un cerro con terrazas, que será uno de los nuevos centros neurálgicos a pocos metros de la villa olímpica. París cuenta también con diez líneas de tranvías y varios Metropolitanos como el TVM en el sur. La línea 11 al Este se extenderá con seis nuevas estaciones -en el 2022- que estuvieron varadas desde 1929, y la línea 12 en el 2024 con dos hacia el norte, y la 4 en el 2022 - una de yapa en el sur.
También se están terminando 7 nuevas líneas de tranvía para dar la vuelta a París en la parte más céntrica y dos nuevos Metropolitanos en los tres próximos años. Otros proyectos están planteados para el 2030 y esperan la chequera de la autoridad. Esta revolución les da viada a los políticos de la zona. Valérie Pécresse, gobernadora de la Región Ile-de-France ganó las elecciones primarias presidenciales del 2022 enfrentando a cuatro aguerridos caballeros de la derecha y en las próximas elecciones le espera una competencia férrea con Anne Hidalgo, alcaldesa de París también candidata presidencial por el partido Socialista. Vale recordar, que Hidalgo vino a Lima con la delegación gala, a recibir los juegos olímpicos.
Y también atrae chamba: 150 000 empleos directos durante diez años no es poca cosa. Lo más preciado de estas cifras que dan vértigo es la valorización de las ciudades de las afueras de la capital, ahora atravesadas por autopistas y alejadas hasta dos horas del centro de Paris, mañana estarán a media hora con los nuevos Metros y a un paso de La Defense, colmena de miles de empleos. Es un fenómeno que recuerda a lo que acercó entre si a las ciudades francesas con el funcionamiento del tren bala, el TGV, activo desde 1981. Sueño que se está volviendo realidad en el transporte cotidiano. Una revolución, les decía.