Nicolás Lynch
El triunfo de Gustavo Petro, en Colombia, hace ver que se trata de una tendencia que ya no parece conocer límites. Una tendencia que como señala Álvaro García Linera, es un camino que como las olas del mar supone mareas altas y bajas, pero de avance hacia una región en la que la democracia deje de ser el privilegio de unos pocos.