Gonzalo García Núñez
Un déficit fiscal abrumador y creciente. Una recesión profunda, una tasa de crecimiento económico negativo. Ya sabemos de algo parecido. Lo hemos vivido en tierra peruana durante la crisis de la deuda de 1987,90. Aquí se fueron casi tres millones de conciudadanos que, por lo demás, pese a las cifras azules del decenio del 2000, no regresaron.