David Bollero*
El terrible terremoto sufrido en Marruecos evidencia una vez más cuánto mal hace Mohamed VI a su propio pueblo. El monarca tardó cerca de 19 horas en reaccionar. Mientras en su país 30 segundos fatídicos se llevaban por delante la vida de más de 2.000 personas, él disfrutaba de sus millonarias vacaciones en París. Y pese a la evidente incapacidad de los recursos marroquíes, el sátrapa continúa sin aceptar mayoritariamente la ayuda internacional ofrecida.