Aída García Naranjo (*)
“No hay quien no tenga algo de complicidad con esa mentalidad despreciadora, autoritaria, que inclusive, es capaz de matar por ganar prestigio, como ha sucedido con las mujeres que han sido asesinadas porque un varón tiene que demostrar que nadie le saca la vuelta”. Palabras que pronunció en su Homilía del Domingo de Ramos el arzobispo de Lima, monseñor Carlos Castillo.