Petroperú: sus reales problemas y posibles salidas
Alejandro Narváez Liceras*
En las últimas semanas, hemos asistido a un profuso debate entre los detractores y los defensores de la empresa estatal. Los primeros dicen que la empresa está en quiebra, por lo tanto, hay que disolverla cuanto antes. Los otros, en cambio, defienden su supervivencia porque creen que cumple un rol subsidiario del Estado y es un “actor estratégico” en el sector hidrocarburos. Unos muestran ignorancia supina del tema que hablan y otros van por las ramas. En suma, diría que es un “debate” básicamente ideológico, que impide ver el fondo del problema y plantear posibles salidas a la crisis que padece. Y, dada la importancia de Petroperú, y por haber tenido el privilegio de haber pasado por Ella, no decir nada y mirar de costado, simplemente no era una opción para mí.
No pocos “seudo analistas” afirman que Petroperú está en quiebra. Otros, ante la avalancha de opiniones, se preguntan ¿Cuál es la situación real de la empresa? ¿Es suficiente un “soporte” financiero del Estado para salir de la crisis en la que está envuelta? ¿Es posible el tránsito hacia un nuevo modelo de empresa rentable y sostenible? Para responder a estas y otras preguntas que irán saliendo a lo largo de este breve artículo, haremos un análisis técnico y desapasionado usando sus propias cifras oficiales.
Limpiando el camino
La quiebra o bancarrota es una situación en la que una empresa no puede hacer frente a sus deudas y se ve obligada a cesar en su actividad económica de forma definitiva. A diferencia de otros supuestos como la quiebra técnica o la suspensión de pagos, la bancarrota tiene un carácter irreversible. Los factores desencadenantes de los supuestos señalados, son casi siempre los mismos, un patrimonio neto negativo.
En el escenario en que la situación es reversible o transitoria (quiebra técnica), es decir, tiene un déficit temporal de liquidez, la empresa puede acogerse a un proceso de insolvencia ya sea por razones económicas o financieras. Si el problema perdura en el tiempo, debe declararse en quiebra definitiva dando paso a su disolución y finalmente a su liquidación.
Las cifras de Petroperú
De acuerdo a lo estados financieros presentados a la SMV al 30 de septiembre del 2023 (3T23), Petroperú tiene un patrimonio neto positivo de 2,122 millones de dólares, que representa el 26% de sus pasivos financieros y equivale a un nivel de apalancamiento de 0. 74 (endeudamiento), algo mayor que al cierre del ejercicio 2022 que fue de 0. 68. De otra forma, el patrimonio neto de la empresa (recursos propios) representa el 21% de su estructura financiera. Por lo tanto, se mire como se mire, la empresa no está en quiebra, ni tampoco en situación de quiebra técnica. Lo saben sus acreedores financieros como: BlackRock, JP Morgan, Goldman Sachs y los otros.
En teoría se dice que la situación “ideal” es tener un activo corriente mayor que el pasivo corriente, es decir, un capital de trabajo neto positivo. Sin embargo, en el mundo real hay empresas que operan con capital de trabajo negativo (ejemplos muy citados en mundo académico: WalMart, McDonald's, América Móvil, Supermercados Peruanos S.A. etc.). La estructura económica y financiera es diferente en cada empresa, depende del sector al que pertenece, del tamaño relativo, de la coyuntura económica, etc. Cada empresa tiene su propio ADN. Hay empresas que prefieren financiarse con sus proveedores y otras con un préstamo bancario por los beneficios del escudo fiscal que genera.
Al 3T23 Petroperú tiene un capital de trabajo neto negativo de 1,537 millones de dólares, es decir, tiene obligaciones a corto plazo mayores que sus activos corrientes, lo que significa que la empresa tiene un alto riesgo de no cumplir con dichas obligaciones en los términos y plazos pactados. Este abultado déficit de capital de trabajo es el resultado de su mal manejo y si este escenario persiste, la empresa no tendrá más remedio que declararse en suspensión de pagos.
El tamaño de sus deudas a corto plazo es tan grande que resulta muy difícil hacer frente a las mismas. Sin embargo, en vista de que tiene un patrimonio neto positivo de 2,122 millones de dólares, para evitar declararse insolvente, que en la práctica viene a ser la antesala de una quiebra definitiva, tiene algunas salidas: a) Dar prioridad a la liquidez, aunque sea en detrimento de la rentabilidad, desinvertir activos no productivos, emitir bonos con el aval del accionista y poner en marcha un severo plan de austeridad creíble b) Si lo anterior es insuficiente, no habrá más remedio que solicitar al accionista aporte de capital fresco o un nuevo préstamo y simultáneamente capitalizar los 750 millones de dólares que está registrado como pasivo de la empresa. En este caso, si el gobierno de turno no cede a la presión de los privatistas, no tendrá más remedio que optar por alguna de las opciones señaladas. De no darse lo anterior se tiene como último recurso c) las operaciones de capital con terceros (nuevos socios y alianzas estratégicas) y acuerdos con los acreedores, etc.
Perdida millonaria
Petroperú tiene una pérdida acumulada de 562 millones de dólares al 3T23 y se estima que habría cerrado el año con una pérdida cercana a 710 millones de dólares. Para el 2024 aspira tener una cuota de mercado de 35% (actual 26%), sin embargo, proyecta una pérdida de 309 millones de dólares (TC 3.75) (véase AD 166 -2023). ¿Cómo se explica esto? Es suma, en los dos ejercicios 2023 – 2024, tendría una pérdida acumulada de 1,019 millones de dólares, suponiendo que las cuentas del presente ejercicio son optimistas y “sinceras”.
Quizás haya preguntas más importantes, pero éstas serían ciertamente las más importantes: ¿Cuál es el origen de esta millonaria pérdida? ¿Quiénes lucran finalmente con el negocio de Petroperú? ¿Puede un accionista público o privado confiar en gerentes que llevan su empresa al desastre? Antes de responder a estas preguntas, hay que dejar claro, que Petroperú es una empresa pública de derecho privado, que opera en un mercado de libre competencia y cuyo objetivo principal es maximizar ganancias.