Petroperú: ¿se está fraguando una quiebra fraudulenta?

Por: 

Alejandro Narváez Liceras(*)

Semanas venimos escuchando de los propios miembros del directorio de Petroperú, de algunos exdirectores y de ciertos medios de comunicación la matraca de que la empresa estatal “está en quiebra”. Otros advierten que está en “quiebra técnica”. Entre tanto, algunos “analistas” comentan que está al borde del precipicio y que habría algo hacer algo para salvarla, pero no dicen cómo hacerlo. ¿Cuál es la real situación económica y financiera de la empresa? ¿Realmente está en quiebra o quizás en quiebra técnica?  De no ser así, ¿Es aún posible salvarla de la crisis en la que está atrapada?, ¿Cuál sería la hoja de ruta hacia un nuevo modelo de empresa rentable y sostenible?  ¿Quién gana con este ruido mediático que golpea la alicaída imagen de la empresa? En este articulo intentaré dar respuesta a estas interrogantes apoyándome en la información públicamente disponible.

Quiebra técnica vs Quiebra legal

Una empresa está en situación de quiebra técnica cuando no puede hacer frente a sus obligaciones con sus activos.  Cuando el deudor presenta una situación patrimonial negativa (déficit patrimonial), es decir, el valor de sus pasivos es superior al valor de sus activos, de modo que es imposible honrar las deudas contraídas por ella. Técnicamente, estaría entonces en situación de insolvencia financiera (insolvency).

Mas concretamente, es el escenario en el que la empresa incumple con el pago de la planilla, de sus obligaciones tributarias, el pago a sus acreedores financieros, sus proveedores comerciales, etc. En estas circunstancias, es habitual que la empresa se declare en Suspensión de pagos temporal, con el fin de reestructurarse para superar la crisis financiera por la que atraviesa. Si el plan no tiene éxito, no tendrá más remedio que declararse en quiebra definitiva. Todos estos extremos están contemplados en la Ley General del Sistema Concursal No. 27809 y la Ley de Reestructuración Patrimonial D.L. No. 845.

En cambio, la quiebra (bankruptcy) es una situación en la que una empresa no puede hacer frente a sus deudas y se ve obligada a cesar en su actividad económica de forma definitiva. Tiene un carácter irreversible.  Los factores desencadenantes son casi siempre el mismo, un patrimonio neto negativo. En suma, la quiebra técnica puede ser temporal o permanente causada por una situación de insolvencia financiera, en cambio la quiebra es el resultado legal de dicha situación.

Obviamente, como veremos luego, Petroperú no está en ninguno de estos dos supuestos.   Sus problemas financieros se deben a un desajuste de tesorería, provocando problemas de liquidez. Se sabe que la empresa sigue honrando sus compromisos aún con aprietos, situación que puede ir a peor si no se toman medidas disruptivas y urgentes. 

Los números de Petroperú

De acuerdo a los estados financieros de 2023 aprobados por la Gerencia General el 15 de febrero de 2024, Petroperú tiene un patrimonio neto positivo de 1,830 millones de dólares, que representa el 18% de su estructura financiera. Es una importante caída comparado con 2022 cuando fue de 2,652 millones de dólares (26.67%) debido a la fuerte pérdida en 2023 que ascendió a 823 millones.  Aun así, la empresa sigue teniendo un superávit patrimonial, por lo tanto, no está en quiebra, ni en situación de quiebra técnica. Lo saben perfectamente sus acreedores financieros (BlackRock, CESCE, Bancos, etc.) y sus proveedores comerciales.

En teoría se dice que la situación “ideal” es mantener un capital de trabajo (CT) positivo (activo corriente mayor que el pasivo corriente). Sin embargo, el mundo real no siempre funciona así. Hay empresas que operan con CT negativo, incluso con patrimonio negativo. Hay muchas evidencias al respeto. Por otro lado, la estructura económica y financiera es diferente en cada empresa, depende del sector al que pertenece, del tamaño relativo, de la coyuntura económica, etc. Cada compañía tiene un ADN diferente. Hay empresas que prefieren financiarse con recurso propios y otros vía endeudamiento (préstamo bancario, bonos corporativos, leasing, etc.) por los beneficios del escudo fiscal que genera.

Al cierre de 2023, Petroperú tiene un CT negativo de 2,498 millones de dólares, es decir, tiene obligaciones (pasivos) corrientes mayores que sus derechos (activos) corrientes, lo que significa que la empresa tiene un alto riesgo de no cumplir con dichas obligaciones en los términos y plazos pactados. Sin embargo, este elevado déficit de CT es el resultado de trasladar a corto plazo los 750 millones de dólares del préstamo del MEF, el cual puede ser reprogramado o extendido el pago a ejercicios futuros o en su defecto capitalizado. Por tanto, el nuevo CT negativo seria de sólo 1,748 millones de dólares.

Entre las obligaciones a corto plazo están los préstamos bancarios sin garantía de 1,033 millones de dólares y la deuda con sus proveedores comerciales (Trafigura, Petrochina, Petrotal y CNPC) que asciende a 1,548 millones de dólares.  Las obligaciones comerciales tienen carta fianza, por lo tanto, los pagos son perfectamente reprogramables, seguramente con un costo financiero adicional asumible. Las deudas menores a corto plazo con Técnicas Reunidas y Cobra deben quedar en stand - by a la luz de lo que está pasando en la NRT.

Para reducir el CT negativo que se duplicó en el 2023, hay varias salidas que se pueden arbitrar simultáneamente:

a) Dar prioridad a la liquidez, aunque sea en detrimento de la rentabilidad, desinvertir activos no productivos, es decir, aquellos bienes que no están ligados al giro del negocio, reducir drásticamente los costos fijos, emitir valores de renta fija con el aval del accionista y poner en marcha un severo plan de austeridad

 b) Si lo anterior es insuficiente, no habrá más remedio que solicitar al accionista aporte de capital fresco o un nuevo préstamo. Esta opción es factible, si el gobierno no cede a la presión de los privatistas.

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