Paremos al hortelano Presidente

Varios siglos de historia nacional parece que hubieran pasado en los últimos días frente a nuestros ojos. La provocación del gobierno aprista que ha desembocado en la matanza del viernes 6 de junio es un episodio más de esta historia terrible. Los 24 policías y un número indeterminado de ciudadanos amazónicos fallecidos, donde hemos visto bestialidad de todas partes, no hace sino recordarnos una exclusión secular del poder de turno que siempre consideró a “los otros”, los pueblos amazónicos en este caso, como ignorantes, incapaces y finalmente sanguinarios.

Esta caracterización ha sido el pretexto para buscar eliminarlos como interlocutores válidos en cualquier solución a la que finalmente se llegue sobre el uso de la Amazonía. La declaración del Despacho Presidencial publicada el lunes 8 de junio, va en este mismo sentido. Pero no es una novedad, una contribución en días pasados del sociólogo Fernando Eguren nos recuerda que el Presidente Alan García ya la había adelantado en una serie de artículos de hace año y medio que tituló “El Perro del Hortelano”. Para el primer mandatario que debería representarnos a todos, los amazónicos son terroristas, financiados por extranjeros que están en contra del Perú.

La estrategia de desgaste y aislamiento del movimiento amazónico que se emprendió desde Palacio hace varias semanas encuentra con esta declaración del Despacho Presidencial un punto de culminación. Quiere pasar del aislamiento al que piensa haber llevado a estos “otros” a su derrota definitiva. Pero no se trata solo del intento de derrota coyuntural de un movimiento social. García lo que busca con esta estrategia perversa es diseñar un escenario para las elecciones del 2011 en el que no haya sitio para aquellos que no piensen como él y sus amigos neoliberales. Se trata de “elegir” entre parecidos que sean todos aceptables para los que gozan del modelo en funciones. Por ello, las diatribas no se quedan en los nativos sino que van a todos aquellos que los apoyen o piensen siquiera que pueden tener algo de razón.

En Otra Mirada nos oponemos a esta polarización que solo busca el enfrentamiento entre peruanos y la proscripción de los que no piensan como los poderosos de hoy. El gobierno debe aceptar su responsabilidad política que está a la raíz de esta situación y los ministros involucrados, Simon y Cabanillas como mínimo, deben renunciar.

Creemos, asimismo, que la salida a esta difícil situación es el diálogo entre el gobierno y los pueblos amazónicos, pero el diálogo sobre los problemas de fondo: el modelo depredador de la Amazonía que defiende García y no sobre los detalles de unos decretos que ya no valen ni el papel en el que están escritos. Para que este diálogo sea viable no se puede vetar a ningún representante de los pueblos amazónicos y debe cesar por ello la persecución contra Alberto Pizango, Presidente de Aidesep. Asimismo, para que existan un mínimo de garantías sobre la seriedad del mismo, deben ser instituciones respetadas como la Iglesia Católica y la Defensoría del Pueblo las que faciliten el mismo, de manera tal que este no se convierta en otra trampa más.

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