Parche ministerial. Todo sigue igual
Rudecindo Vega Carreazo
El gobierno en el Perú es un desastre; está marcado por la ineptitud, corrupción, indolencia y autoritarismo, no necesitamos ajustes o parches ministeriales, ni siquiera un cambio de gabinete; nuestro país requiere y necesita con urgencia un cambio de gobierno y, en el mediano plazo, un cambio de régimen gubernamental. El parche ministerial de esta semana más que una búsqueda de mejora gubernamental es un ajuste de cuentas dentro del propio gabinete y, algo, en el gobierno. De cara al país, más sintomático son las cargas pesadas que se han quedado en sus ministerios que las cargas pesadas que han sido reemplazadas por algunas nuevas cargas pesadas designadas. No pasará nada, más allá de la experiencia y conocimiento de la gestión pública de los designados, todo sigue igual, seguirá para peor.
El gobierno finalmente ha decidido quedarse con ministros severamente cuestionados y que en un gobierno normal hace rato habrían dejado sus cargos; el listado es grande, señalaremos algunos de ellos: el deslenguado y figureti ministro del interior atrapado en su función de encubridor de la presidenta y su hermano; el lambiscón y desubicado ministro de educación para quien las violaciones a niñas y mujeres indígenas son prácticas culturales; el ausente e ineficiente ministro de salud para quien su único aval es integrar el acuñismo; el perdido e ignorante ministro de agricultura para quien no existe hambre en el Perú; la invisible e inexistente ministra de la mujer cuya mayor logro sería desaparecer el ministerio de la mujer; el bocabajo ministro de economía siempre servil a los pedidos del congreso y waykis presidenciales, y mezquino para cumplir con los compromisos sociales; el inútil premier que es un total dejar hacer y dejar pasar hasta en su vocería gubernamental. Los demás, son los demás, invisibles en su gestión gubernamental, invisibles para el país. Mal estamos con ellos, peor seguiremos con ellos.
El despido del canciller claramente es un ajuste ministerial provocado por el cerronismo, aliado y soporte gubernamental de la presidenta; no estaban dispuestos a tolerar un canciller que cuestione a su poseso, el dictador venezolano, Nicolás Maduro. Esta situación fue bien aprovechada por el premier, que, como su antecesor, sentían que el serrucho del canciller estaba desde un inicio detrás de su cargo. El despido fue tan repentino e inconsulto que hasta su “renuncia” formal a la cancillería fue realizada después de la convocatoria a la juramentación de su reemplazo. Más allá de las exaltaciones ideológicas que el ex canciller representaba y su notoria figuración en el caso Maduro fue un funcionario que cumplió medianamente su encargo, sobre todo lo que concierne a los preparativos de la cumbre de la APEC. Nada como para exagerar con su salida ni menos para resaltar cualidades que no las tiene. Su reemplazo, un diplomático de carrera, quizás lo haga igual o mejor.
El despido de la ministra de vivienda es otro ajuste ministerial dentro del propio gabinete, que poco tiene que ver con las conversaciones y consultas de la ministra con el Coronel Colchado y, sí, mucho más, con las “pisadas de callo” de la misma a sus colegas ministros con el impulso del Ministerio de la infraestructura; en la interna gubernamental muchos la identificaban como la promotora de dicho super ministerio sobre la fusión de su Vivienda con el MTC y otros organismos y programas adscritos a otros ministerios. Ella quería ser la ministra de dicha nueva cartera debilitando a los otros ministerios de sus colegas. Piso los callos del Premier que también la miraba como una amenaza; del MEF, Educación, Salud, Agricultura y Producción. Enemistarse, por ambición y angurria, con 7 colegas del mismo gabinete era imposible que prospere a pesar de los buenos oficios de su padrino el hermano presidencial. Su salida es probable que sepulte la torpe iniciativa del ministerio de infraestructura y detenga la escandalosa privatización clandestina e encubierta de SEDAPAL y las EPS del país que ella venía realizando. Se va despedida, con denuncias de corrupción, para vergüenza del patricio que le heredo el apellido, Su reemplazo conoce el sector, tiene experiencia y conocimiento en gestión, si se libra de las acusaciones que hoy son conocidas, sin duda que lo haría mejor.
Estos parches ministeriales tienen otro distintivo poco resaltado, la cuota ministerial femenina ha decrecido considerablemente, de los 4 parches realizados, sacaron tres mujeres y solo integraron una. Increíble, en nuestro bicentenario republicano, en el gobierno de quien se jacta ser la primera presidenta mujer en el Perú, en su gabinete, sólo existen 2 mujeres de los 19 ministerios y, si por ella fuera, desaparecería el ministerio de la mujer para fusionarlo en el MIDIS, donde ella fue ministra con su antecesor Pedro Castillo y donde dejo a uno de sus “waykis”. La presidenta hasta en eso está perdida, en el reconocimiento de los derechos conquistado por la mujeres, una dirigente provinciana decía “atatay, ni para eso vale Dina”.
Nada bueno es de esperar de este gobierno, los parches ministeriales le darán cierta tranquilidad al premier de no tener serruchos en ristre y cierta tranquilidad de varios ministros de no ver cercenados sus sectores, pero no existirá ninguna mejora para la ciudadanía y el país, seguiremos teniendo, un mal gobierno con malos ministros, a la talla y resplandor de la presidente, a la talla y orden del congreso y sus organizaciones criminales y, a disposición y cabeza gacha de la coalición mafiosa y autoritaria que nos gobierna: fujimorismo, cerronismo, acuñismo, porkismo y sus waykis.
Para desgracia del país, la inercia moral y social, continuará, protestas por todo lado y por todo lado un gobierno apertrechado en su podredumbre. En 7 meses, abril del 2025, se convocaran a elecciones presidenciales y congresales, con ellas en camino, algunas acusaciones constitucionales presidenciales se reactivaran, hay varias que tiene “guardaditas” el congreso; que no sorprenda que el 2026, con el hermanísimo presidencial preso o como colaborador eficaz, tengamos una fuga presidencial, una vacancia por incapacidad moral y a partir de julio un nuevo gobierno de transición con una nueva directica del congreso, nada será para bien, todo para peor, si los ciudadanos seguimos en nuestro marasmo y dejamos que los criminales nos sigan gobernando. Todo lo que permitimos hoy, lo pagaremos en nuestro futuro. En nosotros esta cambiar nuestro destino, en nosotros esta salvar al Perú.