Nuevo gabinete para gobernar el caos hacia el buen vivir
Hugo Cabieses Cubas*
En 1990, el embajador de los EEUU en Lima, Anthony Quainton, decía que en el Perú de entonces se podía morir de cualquier cosa …. menos de aburrimiento. Pues en esta semana ya no hay muertos en Lima por terrorismo o por COVID, pero si soponcios de varios de ultraderecha, derecha, centro e izquierda, debido a los cambios de Gabinete que anunció el presidente Castillo el miércoles, a las 3:35 de la tarde, en tres minutos de mensaje a nivel nacional. El Premier Guido Bellido Ugarte, juramentado en la Pampa de la Quinua el 29 de julio, fiel militante de Perú Libre y activo representante de la panaka de Chumbivilcas, presentó su renuncia irrevocable al cargo “que usted me ha solicitado”.
Para no aburrirse, este acto desató rumores de todo tipo respecto a quien lo reemplazaría y quienes acompañarían al nuevo o nueva Premier. El rumor en nuestra Lima chismosa es que sería la abogada cajamarquina, defensora de los derechos humanos, aliada de las comunidades afectadas por la minería salvaje – especialmente Yanacocha - y eficiente ex presidenta del Congreso 2020-2021, Mirtha Vásquez Chuqilín, que reemplazaría a Bellido. Y efectivamente se confirmó, habiendo juramentado como la nueva Premier, a las 8 de la noche, igualmente circularon nuevos nombres por las redes sociales, cada uno más creíble o inverosímil que el otro. El resultado, el nuevo gabinete tiene nuevos rostros.
Lo que está claro es que, desde la derecha, el centro, una parte de la izquierda limeña, las redes sociales y los medios de comunicación concentrados e histéricos, se exigían cambios de personas, pero, sobre todo, como era de esperarse, de programa de gobierno. Ello, mientras que el Profe andaba por Cusco, Pichari y otras partes del país reclutando partidarios para su nueva organización política y cosechando aplausos abajo y adentro para seguir impulsando con todo el Plan Bicentenario que fue con el que ganó las elecciones de junio.
El balance a los 100 días, que es lo tradicional, se hizo a los 72 días. Veremos que nos traen las nuevas caras, pero está claro que las fuerzas oscuras del país, seguirán buscando la vacancia del presidente Castillo. A decir verdad, estas fuerzas no quieren nuevas caras, menos aún si algunas son de izquierda, sino que el presidente chotano, que lleva el pecado de ser maestro, campesino y rondero con sombrero, sea destituido cuanto antes para que nada cambie y estas fuerzas del mal sigan robando impunemente. Todo ello con apoyo internacional de los fascistas de todo pelaje, con los Vargas Llosa, Southcom CIA y Vox a la cabeza.
Veremos qué pasa en los próximos días que definirán muchas cosas de los siguientes meses en los que, como siempre, creo que hay que mirar el bosque y no sólo los árboles en cada decisión que se tome, mientras que el pueblo movilizado y ojalá que organizado, no dará tregua en sus luchas por hacerle cumplir al Profe lo que prometió durante la campaña electoral, sin hojas de ruta, ni retrocesos. Los siete logros del vaso medio lleno que he descrito en un artículo anterior (Ver: El profe, a dos meses mirando el bosque) deben ser potenciados, apuntando hacia los cambios que el pueblo exige que continúen sin más sobresaltos.
Constitución, economía circular y el Buen Vivir-Vivir Bien
Uno de esos logros deseados es el de marchar hacia una economía y sociedad que tienda a ser justa e igualitaria, expresada en el Buen Vivir-Vivir Bien. Ello requiere sin duda alguna que, en el mediano plazo y con otra correlación de fuerzas sociales y políticas, diferente a la actual, una nueva Constitución, aunque las élites no lo quieran. Tal como como dice el Plan Bicentenario Sin Corrupción que la derecha no quiere que el pueblo y su Presidente Castillo impulsan: “Nuestra Patria no merece tener una Constitución viciada en su origen, fruto de un golpe de estado, que se aprobó en medio de persecución contra movimientos sociales y sindicales. No es casualidad que la élite empresarial que apoyó la dictadura haya sido la principal beneficiada de la consagración de sus privilegios a nivel constitucional. Hace 28 años, las elecciones son fundamentalmente una pelea por la administración del poder y no por su ejercicio real. Se trata de un enfrentamiento entre élites económicas más o menos corruptas o rentistas, pero que nunca pone en cuestión los privilegios económicos de los que gozan las minorías empresariales en detrimento de los derechos sociales de la población.”
El debate sobre la llamada “economía circular” o “economía dónut” que impulsa el MINAM, señala por el lado del diagnóstico que los límites planetarios identificados son: el cambio climático, el ozono estratosférico, el cambio de uso de suelo, el uso/extracción de agua dulce, la pérdida de biodiversidad, acidificación oceánica, los ciclos de nitrógeno y fósforo y la polución química. (Ver: El círculo de la economía circular). A estos límites la economista británica Kate Raworth añade el fundamento social de la economía circular: “Las necesidades básicas irrenunciables sin las cuales no hay bienestar humano: acceso a agua, alimento, salud, energía, educación, renta y trabajo; paz y justicia; calidad democrática; equidad social; igualdad de género; vivienda y, finalmente, apoyo social o redes.”
El problema de este planteamiento, que es propio para sociedades como la europea y norteamericana, compatible con el Gran Reseteo del Foro Económico Mundial, que no cuestiona el Dios mercado, la acumulación, la competitividad y tampoco se basa en algo más cercano a nosotros como es el Buen Vivir-Vivir Bien de los pueblos originarios. Estos conceptos están adquiriendo carta de ciudadanía en nuestra Abya Yala mestiza Plurinacional, Pluricultural, de todas las sangres, indígenas, afroamericanas y también de blancos (leer a William Ospina América Mestiza: el país del futuro, Punto de Lectura, Bogotá, 2006).
Como escribe Fernando Huanacuni, ex Canciller del Estado Plurinacional de Bolivia: “Los pueblos originarios planteamos una forma de convivencia con el propósito de cuidar el equilibrio y la armonía que constituyen la vida. Este planteamiento es el Vivir Bien/Buen Vivir, basado en principios y valores ancestrales. Los Estados cuya orientación sea Vivir Bien, deben generar espacios para la expresión tanto de lo material como de lo mental, como de lo emocional y lo espiritual, a partir de la identidad; en un contexto no solamente individual antropocéntrico, sino comunitario, que integra a todas las formas de existencia como parte de la comunidad” (ver: Vivir Bien/Buen Vivir: filosofía, políticas, estrategias y experiencias de los pueblos ancestrales, Fernando Huanacuni Mamani, 7ma edición, La Paz, Bolivia, 2018).
Pero además, existen otras “R” como las siguientes (ver: Jürgen Schuldt-Hugo Cabieses; “Perú pandémico: hacia un nuevo pacto social con propuestas desde abajo, adentro y el común” en Posdesarrollo: Contexto, contradicciones y futuros).
- Revaluar sustituyendo valores globales individualistas y consumistas por valores locales, de cooperación y humanistas;
- Reconceptualizar hacia una nueva visión y estilo de vida basada en calidad, suficiencia y simplicidad voluntaria;
- Reestructurar adaptando el aparato de producción y las relaciones sociales hacia una nueva escala de valores combinando ecoeficiencia y simplicidad voluntaria.
- Relocalizar hacia la autosuficiencia local, para satisfacer las necesidades prioritarias disminuyendo el consumo (en dinero y tiempo) de los servicios de transporte;
- Redistribuir la riqueza entre todos y todas a nivel local y nacional, pero sobre todo en las relaciones Norte y Sur;
- Reducir transitando del estilo de vida consumista hacia uno de sencillez, con todas las implicaciones que esto conlleva;
- Reutilizar para alargar el tiempo de vida de lo que uno consume, sobre todo de los bienes duraderos; y,
- Reciclar usando varias veces los bienes y servicios que la economía ofrece, evitando el consumo excesivo y el despilfarro, siguiendo la enseñanza del Mahatma Ghandi: “Vive simple para que otros puedan simplemente vivir”.
Como dicen los pueblos aimaras “Sarantasi akinani” es decir “sigamos caminando” fuera del paradigma occidental, de derecha o “izquierda”, que es antropocéntrico, destructor de la Madre Tierra, patriarcal e individualista. Otro paradigma es posible y necesario, que sea cosmocéntrico, amante de la Pachamama, paritario, solidario y alejado del capitalismo neoliberal y también liberal. Paradigma basado en los 13 principios del Vivir Bien (ver las páginas 115 a 118 del citado libro de Fernando Huanacuni). Creo que estos son algunos de los conceptos que deberían estar discutiéndose.
* Economista ambiental, licenciado en la Universidad del Pacífico, director secretario del Foro Peruano de Relaciones Internacionales FOPRI, investigador del Instituto para el Desarrollo y la Paz Amazónica, activista del Foro Social Pan Amazónico y consultor asociado del Transnational Institute de Amsterdam. Ex asesor parlamentario (2016-2019) y ex Viceministro de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales del Ministerio del Ministerio del Ambiente MINAM (2011). Militante socialista.