Desgobernar, alea jacta est.

Por: 

Rudecindo Vega Carreazo

La recomposición gubernamental del gabinete Torres deja claro que el presidente no realizará ningún ajuste a su estilo de desgobierno, salvo el reemplazo del MEF donde ingresa el buen Kurt Burneo y el de Cancillería donde sale el buen César Landa los ajustes restantes son insustanciales para marcar un diferente estilo de gobierno. Es solo un reacomodo, un arreglo de la carga en el camino. Es un cambio para nada cambiar. Es lo mejor, para el ejecutivo y el congreso, al no haber cambio de Premier no existirá presentación de la política del gobierno ante el congreso ni solicitud de voto de confianza, respira tranquilo el ejecutivo y respira feliz el congreso porque no está expuesto a ejecutar “su bala de plata”. Lamentablemente es lo peor para el Perú. Desgobernar, “alea jacta est”, es un hecho consumado.

Más allá de cualquier punto de vista ideológico, político y judicial el gran problema del gobierno, ejecutivo y congreso, es el desgobierno nacional permanente. No tenemos gobierno, solo una administración pública que fluye en el cumplimiento de sus funciones sin ningún objetivo, meta ni norte alguno. Con o sin piloto, las cifras y datos de los diferentes sectores, presentados por el presidente como logros se dan a pesar del desgobierno mismo, por el solo quehacer del funcionamiento cotidiano de la administración pública. Es el funcionamiento de una institución sin tener jefes o el de una empresa en ausencia de su gerente, funcionan sí o sí. Maravillosas cifras tendríamos si sólo tuviéramos gobierno.

El gabinete Torres nada tiene por mostrar, nulo en gestión gubernamental, ni siquiera ha cumplido su rol constitucional de coordinar el funcionamiento de gobierno. El único signo diferente es la realización de los Consejos de ministros Descentralizados que pudiendo haber sido un gran instrumento gubernamental fueron degradados a reuniones sin ningún impacto para los departamentos donde se realizaron ni mucho menos para el país. Son reuniones organizadas “informalmente” con pocos acuerdos concretos y mucha promesa y compromiso que lamentablemente ni actas tienen. Han existido ministerios e instituciones paralizadas con la realización de los CMD ya que no sabían ni donde, ni cuándo ni que se trataría en los mismos. El embalse y falta de cumplimiento de los compromisos asumidos no tardaran en generar un descontento nacional impredecible. Lo que pudo ser un gran instrumento de gobierno, los CMD habrán sido un instrumento de descoordinación y obstrucción gubernamental.

El Premier Torres continua porque es funcional al presidente y a la oposición, es un abogado litigante que se encuentra en pleno proceso de defensa del presidente más que del gobierno y con argumentos en ristre para una pobre y mediocre oposición. Le basta arremeter, atarantar, actuar como litigante para pasearse con la pusilánime oposición, a punta de enfrentamiento más que vocación de dialogo logro su voto de investidura y mantiene asustada a la oposición congresal con la sola posibilidad de hacer uso del voto de confianza. Qué pena por nuestro Perú, que mantengamos a un gobierno y oposición, ejecutivo y congreso, sin hacer nada por el país sólo por el temor de usar un voto de confianza que podría desencadenar una disolución congresal. 

El presidente prefiere el desgobernar o no gobernar con el premier Torres que arriesgar su gobierno con un nuevo gabinete que pida confianza y, la oposición congresal respira felicidad si no ve un pedido de confianza que le acerque a una disolución congresal. Mejor pelearse para la tribuna, mejor hacer un show mediático que arriesgar un recorte del mandato de sus cargos y provocar un adelanto de elecciones. Tan funcional es el Premier para el gobierno y la oposición que nunca renunció, solo puso su cargo a disposición y no fue aceptado. Tan funcional puede ser en estos tiempos que hasta podría seguir siendo Premier mientras el presidente y el congreso pierdan su mandato. Terrible y sombrío panorama nacional nuestro, por obra y gracia nuestra.

El presidente no necesita un abogado defensor, vocero o traductor necesita urgente un equipo de gobierno (gabinete ministerial y gabinete de consejeros) que le ayude y enseñe a gobernar. Pero este, demostrado está, no es un tema en la agenda y en el entendimiento del presidente. Para ayudar a gobernar, Kurt Burneo en el MEF es un gran jale, conoce la gestión pública, es un buen técnico con visión política. Ojalá desde el MEF, el superministerio nacional, ayude y enseñe a gobernar, no es posible esperar cambios, pero es legítimo abrigar esperanzas siquiera.

Un año de desgobierno ha demostrado que la “gran confrontación” ideológica que asustaba no se ha dado por las propias carencias del gobierno y la oposición, llegaron al ejecutivo y congreso con agendas cargadas de intereses particulares y prebendas, con vocación de asalto y copamiento más que de gobernar. No hay ideología ni política y por ello no hay visión de país ni programa gubernamental, el partido ganador en un año se ha dividido en 4 bancadas congresales y parece choteado del gobierno; la oposición dividida y partida en el congreso por la multiplicación de los tránsfugas se encuentra controlada, agazapada y cobijada con prebendas y repartijas desde el gobierno. Justamente, por ello, tampoco hay concertación democrática, porque no hay visiones estatales e intereses nacionales para ponerse de acuerdo de manera pública sino solo mezquinos y oscuros intereses particulares sobre los que se pactan bajo la mesa, como repartijas, de espaldas al país.

Desgobernar es el hecho consumado en nuestro Perú, es el mezquino y oscuro pacto de nuestros políticos, ejecutivo y congreso, y; de nuestros gobernantes, oposición y gobierno, es el pacto que privilegia los intereses particulares a los nacionales, los privados a los públicos, los personales a los generales; es el pacto oficioso que formaliza la repartija, la prebenda, la corrupción. No es el pacto que necesita nuestro país, no es lo que deseamos para salvar nuestra democracia y nuestro rumbo a la reactivación, el crecimiento y desarrollo. Es un pacto que avergüenza, duele y estropea nuestro país, no es el pacto que nos llene de orgullo y dignidad. Si la justicia (Fiscalía y Poder Judicial) no corrige esta situación corresponderá a los ciudadanos hacerlo y, en ambos casos, a costa de nuestros políticos y de nuestros gobernantes; la justicia podría hacerla más rápido (si lo quiere), a la sociedad civil, ciudadanía y al pueblo le tomará más tiempo. En ambos casos, el futuro del Perú y nuestros hijos no debe ser eternamente pateado para adelante, es hora de recuperar la viabilidad de nuestra democracia, estado de derecho y nuestro país; es tiempo de luchar, “aliquam pugnare”