De nuevo, la dictadura del MEF
El fantasma de una huelga policial amenaza la estabilidad del gobierno de Ollanta Humala.
Según señaló el ex suboficial Richard Ortega Quispe, el 65 % de los policías en actividad respaldaría una huelga anunciada para el próximo 5 de febrero. Pero este no es el único caso. Los médicos del sistema público de salud paralizarían sus actividades los días 17 y 18 de febrero si el gobierno no cumple con los compromisos asumidos el año pasado. En ambos casos, los postergados derechos laborales se ponen en agenda nuevamente porque, a pesar de las actas firmadas por el Ejecutivo, la dictadura del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) no da carta pase para cumplir con lo pactado.
Recordemos que la gran razón del paro del 26 de julio del 2013 fue el incumplimiento de la agenda laboral. Transcurridos más dos años de gobierno de Ollanta Humala, el aumento del salario mínimo aprobado en agosto del 2011 sigue destacando como principal medida en materia de empleo. Lo que ha venido luego son mesas de trabajo con diversos sectores (médicos y enfermeras, policías, militares, jueces, profesores universitarios, etc.) para tratar su pliego de reclamos que suele centrase en el aumento salarial.
El MEF tiene un poder indiscutible en la mesa de negociación, cuyos representantes suelen tener por tarea tambalear la decisión concertada entre las partes, afectando la credibilidad del gobierno. En el caso de la huelga policial por ejemplo, se dice que los bonos prometidos no se están pagando en las fechas previstas o se están canjeando por el bono de escolaridad, con lo cual les estarían dando “gato por liebre”. El MEF resulta así un cajero con intereses bastante claros. Frente a las grandes empresas suele tener un trato amable pero con los trabajadores, es al revés. No es casual, entonces, que los factores que explican la conflictividad laboral a nivel nacional se deban, entre otras cosas, al fracaso de la negociación colectiva y el incumplimiento de las normas sociolaborales.
En este contexto, ¿por qué no se hacen reformas de fondo a nivel laboral? ¿Para cuándo una Ley de Trabajo que raye la cancha con reglas claras para los trabajadores peruanos? Por otro lado, ¿por qué, cada cierto tiempo, se tiene que negociar por mejoras laborales y se termina colocando a los trabajadores entre la espada y la pared? ¿Por qué el MEF tiene el enorme poder discrecional para decidir a quién va la plata? ¿Son acaso dueños de nuestro dinero?
Como ya lo planteamos en nuestro suplemento El MEF a espaldas del Perú, se requiere ir a una reforma institucional grande que separe con claridad, en dos ministerios diferentes, las funciones de planeamiento y presupuesto, de un lado, y de hacienda, en el otro. Es así como se hace en la mayor parte de los países avanzados y también en la mayor parte de los países de la región. De esta manera, se disolvería el poder de una entidad que termina siendo el cajero de intereses que no son precisamente los de la mayoría.
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