“En resumen: debido proceso es aquél que no dificulta la segunda vuelta entre Alan y Keiko el 2016”.

Esta frase la usa el caricaturista Heduardo en una reciente viñeta donde retrata el sentir de miles de peruanos respecto al reciente fallo del poder judicial a favor del ex presidente Alan García y en contra de la megacomisión congresal que investiga su última gestión. No sabemos si existe un problema de debido proceso o no, para eso están nuestros expertos jurídicos, pero el caso es que los expertos apristas parecen salirse una vez más con la suya. Alan García se habría librado de las responsabilidades de fondo en delitos de diversa dimensión que lo vienen persiguiendo, ¿tendrá esta historia el mismo final de impunidad como la tuvo en la década de 1990?

Los procesos que involucran a García en casos de corrupción y hasta en delitos de lesa humanidad son de larga data. La jugarreta para librarse de estas investigaciones han seguido el mismo mecanismo: aprovechar las debilidades del sistema jurídico para intentar excluirse de las investigaciones en curso o dilatar los procesos judiciales hasta que los delitos prescriban. El caso de la megacomisión es una raya más al tigre.

Repasemos los casos más sonados donde ha sido involucrado el ex presidente García y que tienen el mismo final de impunidad. Primero, el ex presidente se libró de una sentencia por enriquecimiento ilícito por el caso “Tren eléctrico” ocurrido en su primer mandato, el cual fue archivado porque prescribió y no porque se demostrara su inocencia. Otro caso fue la vinculación de García con el escandaloso caso del Banco Internacional de Crédito y Comercio (BCCI), entidad que se descubrió lavaba dinero del narcotráfico. Durante su primer gobierno, parte de los depósitos del BCR se hicieron en el BCCI, pero con el tiempo este caso también prescribió. A todo esto, se suma las muertes de 133 reos en el penal El Frontón ocurrido en 1986, un delito que si bien el Tribunal Constitucional busca archivar al quitarle la categoría de lesa humanidad, aún sigue rondando a García. La vinculación a delitos de lesa humanidad es lo que más preocuparía al ex presidente tomando en cuenta la condena a Alberto Fujimori. 

De su segundo mandato, la vinculación de García al escandaloso caso de “narcoindultos” apuntaría a que existió una política gubernamental en la sombra que otorgó indultos y conmutaciones a sentenciados por narcotráfico a cambio del pago de importantes cantidades de dinero. Sumado a esto, se encuentran las investigaciones sobre las irregularidades halladas en el programa Agua para Todos y en la construcción de los colegios emblemáticos. 

Resulta necesario investigar al ex presidente Alan García con el mayor detalle posible para evitar que un manto de impunidad lo libre de dar cuentas claras al país. Es momento de tomar el toro por las astas y determinar cuál es el real grado de vinculación de García con los delitos descritos anteriormente. Insistimos en que la única manera de devolver la confianza de los ciudadanos en la política y sus instituciones es demostrar que la justicia en el país mide a todos por igual y enfrentar la impunidad. Queda en manos del Poder Judicial y el Ministerio Público demostrar que en el país las leyes se respetan y los delitos tarde o temprano se pagan.