Toledo, García y el desprestigio de la política

Los ex presidentes Alejandro Toledo y Alan García son los políticos más desprestigiados de la escena nacional.

Según la XXXIII Encuesta del Poder, cuyas cifras consideramos referenciales, Toledo y García se ubican en el primer y segundo lugar, respectivamente, de la lista de personajes que deben retirarse de la política. Keiko Fujimori, Luis Castañeda Lossio y Alberto Fujimori siguen en la lista con 6 % cada uno. 

El líder de Perú Posible encabeza el desprestigio con 55%, lo que se explica por sus recientes vínculos con la cuestionada empresa Ecoteva. Si bien el ex presidente ha negado tener alguna relación con esta empresa, sus enredadas declaraciones han complicando su situación. Peor aún con la información que se ha filtrado de la Unidad de Inteligencia Financiera, donde se señala que la hipoteca de la casa de Punta Sal así como su conocida casa en la urbanización de Camacho, se habrían pagado con dinero de Ecoteva. Para el Fiscal de la Nación, José Peláez, existirían indicios de enriquecimiento ilícito y lavado de activos en este caso. Viendo la gravedad del asunto, Perú Posible le ha pedido al ex mandatario no declarar más al respecto.

En segundo lugar, la opinión desfavorable sobre la permanencia en la política de Alan García llega al 29%. Actualmente, el segundo gobierno aprista viene siendo investigado por el caso “narcoindultos”, donde todo apuntaría a que existió una política gubernamental en la sombra que otorgó indultos y conmutaciones a sentenciados por narcotráfico a cambio del pago de sumas de dinero. En este grave caso de corrupción ya ha sido involucrado el ex presidente de la Comisión de Gracias Presidenciales, Miguel Facundo Chinguel, quien viene afrontando esta investigación en prisión, pero también alcanzaría al ex Ministro de Justicia, Aurelio Pastor, y al mismo ex presidente García.

En este escenario, donde uno aparece tantito más desprestigiado que el otro, la maniobra es “ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio”. Así, por ejemplo, voceros apristas no se han ruborizado en afirmar que la conducta del ex presidente Toledo afecta al sistema político. En tanto, el fujimorismo, en el colmo de la desvergüenza, entra al ruedo solicitando la detención internacional de Toledo, cuando fue precisamente su máximo líder, Alberto Fujimori, quien huyó del país para no enfrentar las graves denuncias en su contra.

Es lamentable observar como dos ex presidentes democráticamente elegidos echan en saco roto la confianza ciudadana y terminan involucrados en casos de corrupción, lo que suma al nivel de desconfianza que se tiene por los políticos. Según el último Latinobarómetro, el Perú se ubica en el penúltimo lugar en América Latina respecto a la confianza en los partidos, ganándole solo a Guatemala. No ha de sorprender, entonces, que la frase “todos los políticos roban” se siga extendiendo en el imaginario ciudadano.

La situación de Toledo resulta más cuestionable porque fue él quien, durante la caída del régimen de Fujimori y Montesinos, representó los anhelos de cambio y renovación democrática para el país. En el caso de García, las vinculaciones en casos de corrupción lo vienen persiguiendo desde la década de 1990, pero estas denuncias prescribieron, ¿ocurrirá lo mismo esta vez?

Frente a estas continuas denuncias que vinculan a las más altas autoridades del país en casos de corrupción, exigimos acciones firmes y sin titubeos. Por ello, esperamos que las investigaciones sobre las vinculaciones de los ex presidentes Toledo y García en los casos descritos terminen por señalar sus reales responsabilidades, solo así se empezará a recuperar la confianza de los ciudadanos en sus instituciones y en la democracia.

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