El logro de Gustavo Petro en Colombia y su repercusión en América latina
Vicente Otta R.
Las celebraciones de la reacción latinoamericana y su jefatura del norte, pensando que ya han enterrado a las fuerzas progresistas de la América morena, acaban de recibir un duro golpe con los resultados de las elecciones primarias colombianas donde, contra todos los pronósticos, Gustavo Petro de Colombia Humana ha pasado a la segunda vuelta con el uribista Iván Duque. Una semana antes, las fuerzas chavistas habían logrado una contundente victoria en la Venezuela heroica.
Las maniobras torpes y abiertamente golpistas de Almagro y la cueva de mercenarios en que han convertido a la OEA, las acciones del patético engendro del corrupto y defenestrado Kuczinsky, el llamado “Grupo de Lima”, han sido incapaces de torcer la voluntad de los pueblos en pie de lucha.
La resistencia del proyecto bolivariano y de las fuerzas progresistas de América Latina, produce la desesperación de la reacción neoconservadora que encabeza USA que recurre a medios legales e ilegales para mantener un dominio unipolar que ya no es viable.
Los resultados electorales en Colombia, la movilización del pueblo brasileño y la fortaleza de la candidatura de Lula revelan que las fuerzas democráticas y progresistas siguen luchando y que la reacción envalentonada por las bravatas de Trump canta victoria muy prematuramente. No solo Temer se tambalea en Brasil, en Argentina Macri soporta las oleadas de luchas populares que se oponen al ajuste que impone el FMI.
En otras palabras el progresismo latinoamericano no ha muerto y menos está enterrado. Lucha vigorosamente y defiende palmo a palmo las conquistas obtenidas en los ´últimos 20 años.
Estos resultados significan una barrera de contención a la ofensiva reaccionaria de los últimos años. El resultado electoral de Colombia es muy importante puesto que las fuerzas guerreristas que apuntaban a una escalada militar contra Venezuela, y contaban con el gobierno y los militares colombianos para cerrar el cerco militar contra la tierra de Bolívar se han dado contra la pared.
Al margen de que Petro gane la segunda vuelta o no hay un cambio profundo en la tierra de la cumbia. No solo se trata de que se haya roto el esquema bipartidista de los últimos 70 años, sino que hay una modificación de la correlación de fuerzas que históricamente se mantuvo bajo control de las fuerzas conservadoras, liberales y oligárquicas. Una fuerza de aliento socialista con un líder otrora guerrillero del M19, ha irrumpido y ganado legitimidad política en la sociedad colombiana. Situación que implica un reacomodo general de las fuerzas, afectando directamente el proceso de paz en curso puesto que las FARC y el ELN podrían contar con un aliado político como Colombia Humana, con lo cual se gestaría un amplio frente social popular de repercusiones estratégicas. De ser así se abriría un futuro muy promisorio para las fuerzas del cambio, perspectiva que no pudo construirse en los últimos 60 años, ni con las acciones guerrilleras de las FARC.
Se abre pues una situación extraordinaria para las fuerzas del progreso y del cambio en Colombia y en toda Latino américa.
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