Referéndum y reelección: La epidemia regional podría llegar al Perú
Recientemente trascendió que el oficialismo había empezado a impulsar muy activamente la realización de un referéndum para aprobar dos reformas constitucionales:
la instauración del voto facultativo y la renovación del Congreso por mitades, propuestas que el Congreso había ya archivado en el presente año. Se viene recolectando firmas con el objetivo de llegar al millón y medio necesario para convocar a la consulta popular.
Más allá del mérito técnico o la conveniencia política de cada una de las propuestas, llama la atención que el gobierno de García comience a promover mecanismos de democracia directa recién hacia el final de su mandato y cuando empieza a perfilarse el ambiente de campaña electoral de 2010 y 2011. Y, además, cuando ya se discute un Presupuesto de la República para 2010 que es claramente un presupuesto de campaña.
Los referéndum son mecanismos de democracia directa que no son intrínsecamente elementos positivos o negativos. Se usan frecuentemente en democracias consolidadas como Suiza o Estados Unidos, entre otras. En América Latina, ante la crisis de los sistemas partidarios y la baja legitimidad de las instituciones políticas que han afectado a la mayoría de países desde la década de 1990, se han convertido en un recurso frecuente para que la participación ciudadana resuelva discusiones cruciales.
A veces se debe recurrir a estos mecanismos, pero debemos también recordar que, en la práctica, es fácil para los gobernantes abusar de ellos con la intención de aferrarse al poder. La fraudulenta consulta popular de 1993 para aprobar la constitución del fujimorismo, que reimplantaba la reelección, es un precedente que debería mantenernos en alerta.
Por otra parte, en la región contamos en el presente año con dos ejemplos contundentes del uso del referéndum para hacer posibles reelecciones que no estaban consideradas en las constituciones, uno involucrando a un líder de derecha y el otro a uno de izquierda: Colombia y Venezuela.
En Venezuela, Hugo Chávez ya había utilizado referéndum desde 1999 para una serie de reformas que incluían la reelección por una vez. Tras fracasar en 2007 con un intento de cambio más profundo, en 2009 la democracia directa le ha abierto las puertas a la reelección indefinida. En Colombia, Álvaro Uribe logró en 2004 modificar la Constitución para ser reelegido en 2006, y a través del referéndum este año acaba de hacer posible un tercer período si es que se presenta a las elecciones de 2010. Como vemos, esta tendencia a utilizar la democracia directa para aferrarse al poder une incluso a adversarios ideológicos.
Se configura una clara tendencia regional andina cuando a estos casos les sumamos las recientes consultas constitucionales en Bolivia y Ecuador, en las que los líderes aprovecharon para hacer posible una reelección no considerada anteriormente. Sería lamentable que luego esta se convierta en indefinida. ¿Es posible que en el Perú se esté perfilando una estrategia similar de cara a las elecciones presidenciales de 2011? Considerando estos precedentes regionales, el miedo de la derecha a que pudiese surgir algún candidato “anti-sistema” que cambie reglas convenientes para el capital extranjero, y que (desde su perspectiva) no haya un candidato fuerte como García para hacerle frente, no parece una idea descabellada en absoluto. Debemos mantenernos muy atentos.
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