La estrategia de pedir un “voto útil”
Matías Ferrari- Pagina/12
Consultados por Página/12, Mario Riorda, Nicolás Tereschuk y Sergio De Piero reflexionan sobre las campañas de los principales candidatos opositores y sus posibilidades concretas de forzar una segunda vuelta electoral.
A menos de dos semanas de las elecciones, Mauricio Macri y Sergio Massa intentan instalar un escenario probable de ballottage. Con acusaciones cruzadas, protagonizan una disputa por el “voto útil” y se esfuerzan por presentarse como el candidato más competitivo de la oposición en una eventual segunda vuelta contra Daniel Scioli. Página/12 consultó a los politólogos Mario Riorda, asesor en comunicación política, Nicolás Tereschuk, magister en sociología económica, y Sergio De Piero, investigador de Flacso Argentina, para que analicen las estrategias políticas de ambos candidatos, sus posibilidades reales de forzar un desempate y los antecedentes en la historia reciente de este tipo de campañas.
–¿Cómo analizan la situación electoral de Macri y Massa a 15 días de las elecciones y por dónde tienen chances de crecer cada uno?
Riorda: –Macri está estancado e incluso bajó levemente tras el escándalo Niembro. Massa creció desde las PASO, y más desde el leve descenso de Macri, por lo que hubo algo de transferencia de uno a otro. Pero no hay más lugar para que crezcan. Sólo si hubiese nuevos elementos negativos, Massa puede crecer a costa de Macri. Pero veo difícil que en una primera vuelta, hoy con todo jugado, Macri crezca a costa de Massa, salvo recuperar uno o dos puntos perdidos.
De Piero: –Massa está llevando adelante una campaña más agresiva en varios sentidos, lo que le da más lugar en los medios, pero no le garantiza necesariamente la tracción de nuevos votantes. El nuevo Macri “K” y el Massa con propuestas de una dureza que hace tiempo no se escuchaban son intentos un poco a ciegas de cómo convencer a un nuevo electorado. Ese claramente es el gran problema y me parece que no encuentran cómo resolverlo.
Tereschuk: –Sin dudas veo a Massa en una campaña de mayor vigor y energía, pero aun así está perdiendo aliados cada semana, por lo que me cuesta creer que pueda superar a Macri tal como lo está planteando. Macri, por su parte, leyó que hubo un 60 por ciento del voto peronista en las primarias, y claramente está apelando a ese sector, aunque dudo que pueda acumular a todo el voto opositor detrás suyo, algo similar a lo que se planteaba antes de agosto de unificar a UNA y a Cambiemos, una alquimia que no tuvo en cuenta las realidades territoriales de la política y los juegos de cada dirigente.
–¿Con qué otras campañas de la historia argentina podemos comparar esta disputa entre un segundo y un tercero por entrar en un ballottage?
Riorda: –Con ninguna, porque antes no había ballottage y porque, aun habiéndolo a partir de la nueva normativa, nunca hubo competitividad en los contextos anteriores para que eso se dé. En verdad que el juego de voto estratégico es algo absolutamente habitual en cualquier contexto de ballottage.
De Piero: –Lo joven de la propuesta del ballottage hace que tengamos muy poca experiencia al respecto. El caso más cerrado se dio en 2003, pero allí no se trataba exclusivamente de un segundo y un tercero, sino que parecía que había cinco candidatos con posibilidades de ir a ballottage. Las características de la presente elección no tienen parangón con aquélla, y agregaría que la idea de un “tercero amenazante” es también bastante novedosa, incluso desde antes de existir el ballottage.
Tereschuk: –La posibilidad más o menos efectiva de una segunda vuelta es novedosa. Aunque siempre se plantea desde lo retórico: Duhalde, Alfonsín y Binner, por ejemplo, trabajaron esa idea de plantarse como los más competitivos en las elecciones de 2011.
–¿Ejerce alguna influencia el “voto útil” para que el votante opte por un candidato por encima de otro?
Tereschuk: –Primero hay que partir de pensar la diferencia entre voto útil y voto estratégico, porque voto útil es el que pide el candidato y voto estratégico es el que pone el votante dentro del sobre. El candidato le dice al votante: no vayas con tu mejor opción, porque puede ser el peor resultado. En esta coyuntura, puede ejercer efecto sólo en algunos sectores de la sociedad, sobre todo en aquellos centros urbanos donde se concentra un voto duro antikirchnerista.
Riorda: –Suele tener utilidad discreta y poco significativa cuando los escenarios son estables en el tiempo. En cambio, cuando hay inestabilidad acelerada y los actores constituyen una novedad ascendente y sorpresiva, como Bordón en su momento, sí puede servir. Pero para ello se necesita una condición en el contexto: que quién esté ganando, aun estando circunstancialmente primero, tenga fuerte negatividad y sea el malo a vencer, es lo que se llama el “perdedor Condorcet”, que uno a uno pierde con todos pero entre muchos gana. Pero no es el caso de Scioli en este contexto.
De Piero: –La idea de voto “útil” es un concepto un poco esquivo desde el análisis político, pero que me parece se da ante situaciones críticas, ante “grietas políticas” profundas. El centroizquierda puede votar a un candidato de centroderecha si el peligro es que gane la derecha, y viceversa. Es decir, se resignan principios para evitar lo que se evalúa como males mayores. Esa situación no está presente en absoluto en esta campaña electoral; hay debates y discusiones como en cualquier campaña, pero ni de lejos una situación de aquellas características. La situación de dos candidatos peleando el segundo lugar es muestra clara de que ese electorado que no opta por Scioli no percibe, de todos modos, una situación crítica.
–¿Macri atrae un voto más radical y Massa uno más peronista y eso explica el acto del monumento a Perón y otros movimientos de la campaña?
Riorda: –Sí, creo que ambos entendieron, tarde, que era en vano enfocar su campaña de modo excluyente para erigirse en adversarios frente a Scioli, para tratar de ver quién le saca al otro en el movimiento de votos entre el segundo y el tercero. Digo recién porque este hecho comenzó a registrarse cuando hubo algo de variación de votos de uno a otro y tras el escándalo Niembro. Por eso, el acto simbólico de Macri con el monumento a Perón no creo que sea para lograr más votos, sino que tiene una pretensión más conservadora y reactiva: evitar que se le vayan más votos, o lograr, si existiese un ballottage y él fuese quien pasa a segunda vuelta, que el voto que se iría a Scioli del ex votante de Massa no sea tan refractario hacia él y su espacio.
Tereschuk: –Son categorías limitadas. Es difícil hablar de “voto tal” en la política argentina. A lo sumo existe una forma de relacionarse con la política, especialmente en el caso del peronismo, que tiene detrás alguna idea o alguna identificación, un idioma, un vínculo con la política.
De Piero: –Me parece que ya se está tornando difícil hablar del voto radical. Creo que, aún sin apurarse, tenemos que empezar a cambiar o a repensar algunas categorías. Macri ha sabido captar al voto más antiperonista, y la estatua, por ejemplo, es el intento de moderar su relación con sectores que pueden estar más lejanos no solo de él, de su figura, sino de la construcción general del PRO. Eso es buscar dar una imagen. No creo que piensen que con eso peronizan la campaña.
Publicado en Pagina/12 . 12 octubre 2015
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