Jorge Frisancho
El legado de Abimael Guzmán para el país ha estado claro desde hace mucho tiempo. Su paso por nuestra historia deja una estela de horror, muerte y destrucción cuyas consecuencias en muchos sentidos todavía vivimos y viviremos por bastante tiempo. Un cúmulo de cadáveres que tuerce y daña nuestra memoria. Heridas muy profundas en la trama social que no parecen cercanas a cicatrizar.