Medidas económicas sin efecto económico

Ante la constante y cada vez más evidente desaceleración económica, el ministro Castilla y el MEF lanzaron un paquete de medidas económicas.

Ante la constante y cada vez más evidente desaceleración económica, el ministro Castilla y el MEF lanzaron un paquete de medidas económicas. El ministro espera que, además de evitar una caída económica, logre aumentar el PBI entre 1.5% a 3%. Las intenciones son buenas, pero ¿qué tan acertadas son estas medidas?

En primer lugar, la SUNAT pretende realizar una condonación de moras y multas de deudas tributarias incobrables. Esta medida en principio beneficiaría a 180 mil contribuyentes que ya no tendrían que pagar S/. 20 mil millones en deudas (principalmente generadas entre 1998 y 2005), los que representan el 17% del stock total de la deuda tributaria. Además, se indica que la medida no discrimina entre grande, mediana y pequeña empresa.

En principio, con ello se podrían sanear las cuentas financieras de muchas empresas liberándolas del lastre de intereses acumulados, haciéndolas mejores sujetos de crédito y capaces de invertir más. El problema es que mucha de esta deuda es “incobrable” porque muchas de las empresas deudoras habrían quebrado, lo que convertiría a la medida en una simple limpieza interna de la SUNAT. Asimismo, la reducción de las detracciones del IGV aplicado a los servicios, que liberaría S/. 1800 millones a favor de las empresas, también es una medida muy cortoplacista pues lo que se deja de pagar para generar liquidez se cobrará en el futuro. Por lo tanto, estas medidas no tendrían mayor efecto en reactivar la economía.

Otra medida consiste en realizar cambios en la Ley de Seguridad y Salud en el Trabajo, para así reducir costos laborales en más de S/.1000 millones para las empresas y dar menos incentivos a la informalidad aunque –dicen- sin afectar los beneficios laborales, salud y seguridad de los trabajadores. Se promoverían también capacitaciones acerca del marco legal a las empresas a la par que se daría cierta seguridad jurídica a los terrenos y a la propiedad privada.

Se pretende reducir las multas laborales moderando las sanciones impuestas por la SUNAFIL, la OEFA y todas las entidades públicas con un rol fiscalizador (Indecopi, Sutrán, etc.) hasta el 35% de lo que correspondería por 3 años. Aunque esta medida no alcanza a las instituciones reguladoras y es algo limitada dadas las circunstancias, es correcta en el sentido que estas entidades no pueden seguir dependiendo de las multas que imponen porque pierden de vista su verdadero rol.

También, se realizarán cambios en la Ley de Contrataciones del Estado, para así agilizar los procesos de contrataciones públicas, incentivar la competencia y reducir los riesgos de fraude y corrupción. Además, se pretende realizar un Plan de Racionalización, por el que en un plazo de 30 días calendario, todas las entidades del gobierno en todos sus niveles darán medidas puntuales de reducción de trámites. No obstante, se tiene que recordar que ya se realizó esto en el pasado reciente por lo que se ve que el MEF está incurriendo en más de lo mismo ante la falta de ideas y soluciones concretas.

Finalmente, se pretende seguir impulsando la inversión privada en minería, hidrocarburos, telecomunicaciones entre otros, al ser estos los sectores más rentables en el momento. Con las modificaciones normativas se permitirá destrabar inversiones por hasta US$11,000 millones. Tenemos que recordarle al gobierno que no podemos depender exclusivamente de las inversiones extranjeras para crecer. Debemos mejorar y diversificar nuestra capacidad productiva interna.

Actualmente, se ha registrado un 9% menos de inversión pública que en el 2013 lo cual es problemático en un contexto en el que el sector privado está dejando de impulsar el crecimiento nacional. Según numerosos economistas, el efecto positivo podría darse en las expectativas de los empresarios para que se animen a invertir, aunque sus efectos reales sólo se verían a partir del próximo año. Lamentablemente, el gobierno no quiere atacar el problema en su real dimensión limitándose a choques de oferta y no haciendo nada por incentivar la demanda con políticas contracíclicas: menores tasas de interés y de encaje para incentivar el consumo. Esperemos, que dentro de la esfera del MEF se promuevan estos cambios estructurales antes que el último impulso inercial del crecimiento se vaya hasta nuevo aviso.

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