Mañana, la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP) ha convocado a una marcha en la que buscan expresar no sólo su rechazo al aumentazo de sueldo que se ha dado a los ministros. 

Mañana, la Central General de Trabajadores del Perú (CGTP) ha convocado a una marcha en la que buscan expresar no sólo su rechazo al aumentazo de sueldo que se ha dado a los ministros y otros funcionarios públicos, sino también su rechazo a la intervención de Nadine Heredia respecto del aumento del sueldo mínimo y también a la Ley Servir, promulgada el año pasado pese a la oposición de los trabajadores. Esta ley en la que, entre otras cosas, se vulneran derechos laborales como la negociación colectiva, lo cual ha sido denunciado por la misma Organización Internacional de Trabajo.

No es la primera vez que la CGTP, otros sindicatos, organizaciones sociales y partidos políticos se manifiestan solicitando un aumento del sueldo mínimo. El alza del costo de vida en el país justifica esta demanda, pero no es la única razón. En América del Sur, por ejemplo, somos el segundo país con el sueldo mínimo más bajo. Este panorama en un país que se jacta de su crecimiento macroeconómico sostenido resulta, cuando menos, paradójico. Por ello, el año pasado, el paro del 26 de julio tuvo entre sus demandas principales el impulso de la Ley General del Trabajo que, a la fecha, sigue siendo postergada y maquillada con iniciativas como la Ley Servir que no tocan los temas de fondo y vulneran derechos laborales.

Han pasado un par de semanas desde que el aumento de sueldo a los ministros se hiciera efectivo. Este aumento, que ha sido del 100% para los miembros del gabinete, ha generado una polémica en la ciudadanía y ha agudizado la indignación, dejando entrever cómo en el país las brechas en lugar de acortarse, se amplían, beneficiando a la misma minoría de siempre. Recordemos que este incremento profundiza aún más la desigualdad de ingresos entre los funcionarios públicos.

Pero la indignación cobró un nuevo nivel cuando luego de que el ex primer ministro, César Villanueva, señalara, justo como respuesta ante la reacción de los ciudadanos, que el aumento del sueldo mínimo se encontraba en agenda del gabinete ministerial, la primera dama lo desmintiera. Nadine Heredia, a quien nadie ha elegido para ocupar un cargo político, no sólo desautorizó al entonces primer ministro, sino que con ello incrementó la indignación. Por si fuera poco, el juego en pared con el ministro de Economía, Luis Castilla, fue la cereza de una torta inestable. No sólo el tema de la remuneración mínima vital volvió a ser silenciado, sino que la autoridad del presidente del consejo de ministros quedó en el piso. Pero el tema de fondo mantiene su complejidad. En un país donde el sueldo mínimo se mantiene congelado hace dos años, pero además, donde resulta insuficiente para cubrir las demandas básicas de la población, el aumentazo ministerial merece el rechazo de todos.

Por estas razones, mañana la cita es a las 2pm en la Plaza Dos de Mayo y se marchará con rumbo hacia el Congreso. Se espera que se haga escuchar el reclamo por un aumento justo del salario mínimo, pero también la indignación por un aumentazo ministerial que no hace sino evidenciar que el discurso del ratificado ministro Castilla es una mentira. Sí hay plata en el Perú, pero sólo quieren repartirla a ciertos amigotes.