Machupicchu en grave peligro

Por: 

David Ugarte Vega Centeno

La incapacidad e ineficiencia de la actual gestión del Ministerio de Cultura ha llegado ya a los límites más altos y peligrosos, más pronto de lo que podamos imaginar se verán las graves consecuencias contra la integridad del patrimonio cultural de la Nación y específicamente contra nuestra Llaqta de Machupicchu, el sitio peruano más importante del legado cultural prehispánico inscrito desde hace 40 años en la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco.

No es nada extraño que este pasado 9 de diciembre, las celebraciones del 40 aniversario de la declaración de Machupicchu como Patrimonio Mundial hayan pasado totalmente desapercibidas, apenas alguna actividad con visos de contenido se observó por parte de los trabajadores de Cultura locales, acaso ignorados por las instancias nacionales de su Sector que absolutamente ninguna presencia tuvieron, eso se entiende y percibe, y queda muy claro que la gestión para la conservación y preservación de nuestro patrimonio cultural está lejos del interés y compromiso del centralismo de la capital del país.

Está claro que otra cosa y otros asuntos mueven el interés y esfuerzos de las autoridades del centralismo capitalino, que agresivamente siguen menoscabando los recursos que genera el Cusco y secuestrando toda posibilidad de desarrollarnos con autonomía; ahora decidieron tercerizar la venta de boletos electrónicos de ingreso al Santuario Histórico de Machupicchu y entregar un porcentaje de los recursos generados por la venta de estos boletos turísticos a la empresa Joinnus, a través de un secreto (al menos lo fue para las autoridades regionales de Cultura de Cusco hasta hace unos días, porque nunca fueron siquiera informadas) y cuestionado proceso administrativo de contratación directa de servicio menor a 8 UIT, que ya fue formalizado por la Orden de Servicio N° 3480-2023-S de fecha 4 de agosto de este año y la Adenda N° 01 suscrita el 7 de noviembre de este mismo año. 

Hemos sido enterados de estos hechos recientemente, según un comunicado del Ministerio de Cultura (sede Lima) se anunció que la venta de boletos electrónicos en la plataforma virtual de la empresa Joinnus empezará el próximo miércoles 20 de diciembre, entendemos que con esto se consuma la tercerización dispuesta autoritaria, vertical y arbitrariamente por la sede central del Ministerio de Cultura y que un porcentaje equivalente al 3.30% por cada boleto vendido de Machupicchu será entregado a la empresa elegida directamente por la gestión de la ministra Leslie Urteaga Peña, es decir a Joinnus.

El cuestionado contrato y su adenda que la gestión de la también cuestionada ministra de Cultura ha suscrito con la empresa Joinnus, para tercerizar la venta de boletos de ingreso a la Llaqta de Machupicchu a un costo realmente perjudicial para los recursos del Cusco, que cada vez son más retenidos y centralizados, pese a que es ampliamente conocido que se generan a partir precisamente del Cusco, debe ser motivo de una acción de control y auditoría por parte de la Contraloría General de la República. 

Corresponde al Contralor disponer una inmediata auditoría, esa es nuestra esperanza, a fin de esclarecer si verdaderamente tanto el proceso administrativo para la contratación directa del servicio menor a 8 UIT tramitado por las instancias nacionales del Ministerio de Cultura, como la Orden de Servicio N° 3480-2023-S del 4 de agosto y la posterior Adenda N° 01 suscrita el 7 de noviembre de este mismo año, que acuerda incluir en la venta virtual de la plataforma de Joinnus, los boletos turísticos de ingreso a Machupicchu pagando una comisión por cada boleto vendido, han sido tramitados de forma correcta y legalmente de acuerdo con la ley y la Directiva N° 001-2023-SG/MC, desde el Cusco nos quedan muchas dudas y justificada preocupación y rechazo. 

La migración de la venta electrónica de los boletos para Machupicchu, de la plataforma virtual de la DDC Cusco -que desde hace varios años se mantiene y hasta la fecha opera sostenidamente sin costos excesivos- a la plataforma de la empresa Joinnus -favorecida con el contrato directo- no tiene ninguna justificación ni argumento válido que hubiese sido expresado en un informe oficial; por el contrario, se advierte contravenciones a la Directiva N° 001-2023-SG/MC, desde que la determinación del cobro de la comisión que deberá pagar el Ministerio de Cultura a la empresa Joinnus supera largamente las 8 UIT. 

Es muy extraño, por decir lo menos, que sorpresivamente el 7 de noviembre del año en curso se decida suscribir la antes aludida adenda con la empresa Joinnus, sin mediar ninguna evaluación previa respecto al funcionamiento de la plataforma virtual de la DDC Cusco que pudiera determinar problemas insuperables para que continue operando y se disponga su desactivación, optando por el pase a esta empresa pagando una alta comisión por cada boleto vendido. ¿Esto significa un error mayúsculo en la gestión de la ministra de Cultura, o se trata de un hecho con indicadores de infracción a la normativa que regula las contrataciones con el Estado?  Nos preguntamos ¿A quiénes favorece esta transacción? 

Al margen de las investigaciones que deban practicarse, consideramos que es un acto deplorable, la entrega de los recursos del Cusco a una empresa elegida directamente, cuando está operando de manera sostenida una plataforma institucional que no tiene excesivo costo.

En el curso de todo este proceso, resulta más extraño todavía que días después de formalizar el contrato y la adenda con la empresa Joinnus, en una suerte de manipulación y adrede confusión, se convoque a Lima a los representantes del sindicato de trabajadores de la DDC Cusco para sostener una reunión con la ministra Urteaga Peña y en la misma fecha se constituyan en la ciudad de Cusco la asesora de la ministra Ana Peña Cardoza, acompañada de un equipo de asesoría legal y del área de informática de la sede central del Ministerio de Cultura, entre ellos Paul Ramos, para explicar a los gremios operadores de turismo respecto a las bondades de la plataforma de Joinnus, señalando que se trata de una medida temporal. No sabemos si finalmente convencieron -por separado- al sindicato de trabajadores en Lima y a los gremios de turismo en Cusco, pero seguramente pronto tendremos noticias de ello.  

Otra situación no menos grave y preocupante, es que en paralelo al proceso de contratación directa con la empresa Joinnus y coincidentemente con la suscripción de la adenda que entrega a tal empresa la venta de los boletos a Machupicchu, pagando una comisión porcentual por cada boleto vendido, surge desde la sede central del Ministerio de Cultura una propuesta para el incremento del aforo a la Llaqta de Machupicchu, empleando un nuevo y sugestivo término “aforo dinámico”,  que no está concebido dentro de la normativa que regula la gestión para la conservación del Santuario Histórico de Machupicchu y que -hasta donde se conoce- no cuenta con sustento técnico, contraviene la normativa vigente sobre la conservación del sitio patrimonial, lo pone en grave riesgo e incumple los compromisos que el Estado peruano mantiene con la Unesco.

A través de este denominado “aforo dinámico”, la sede central del Ministerio de Cultura propone incrementar la capacidad de carga permitida al Sitio del Patrimonio Mundial hasta 5,600 visitantes por día en temporada alta y 4,500 visitantes por día en temporada baja, lo que en buen castellano significa mayor ganancia para la empresa elegida, es decir para Joinnus. 

En estos tiempos, observamos que se mantienen de manera prolongada tantas y tan extrañas como peligrosas coincidencias, desatinadas acciones, decisiones y desde luego omisiones del centralismo contra la conservación de nuestros bienes del Patrimonio Cultural, así como en el uso indebido de los recursos del Estado que, francamente, deben ser una clara advertencia sobre la venida de peores y obscuros tiempos para el Sector Cultura, si antes no somos capaces, desde la legítima reacción ciudadanía, de levantar nuestras voces de protesta y de rechazo para combatir y detener los actos de corrupción.

Una vez más el llamado está hecho, cusqueños unámonos para detener todo acto o propósito, venga de donde venga, que ponga en riesgo la conservación nuestro valioso legado cultural y nuestra trascendencia a las generaciones futuras.