Los nuevos aires de la Iglesia

Desde que fue investido como máxima autoridad de la Iglesia Católica, el Papa Francisco sorprendió con sus declaraciones progresistas e inclusivas.

Estos nuevos aires de la Iglesia Católica no se veían desde el Concilio Vaticano II (1959-1965), que impulsó una apertura dialogante y conciliadora de la Iglesia de cara a los problemas del mundo. En medio de escándalos sobre al funcionamiento de la corte vaticana y los graves casos de abusos sexuales, el discurso del Sumo Pontífice es un mensaje no solo de esperanza sino, podríamos decir, casi “revolucionario”.

La primera encíclica “Evangelii Gaudium”(“La Alegría del Evangelio”) dada por el Papa Francisco hizo saltar hasta el cielo a diversos sectores conservadores a nivel mundial, sobre todo cuando se refirió al manejo de la economía actual. 
"¿Dónde está tu hermano? ¿Dónde está ese que estás matando cada día en el taller clandestino, en la red de prostitución, en los niños que utilizas para mendicidad, en aquel que tiene que trabajar a escondidas porque no ha sido formalizado? No nos hagamos los distraídos. Hay mucho de complicidad. ¡La pregunta es para todos! Y en nuestras ciudades muchos tienen las manos preñadas de sangre debido a la complicidad cómoda y muda" (Pg.165).
"No puede ser que no sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea una caída de dos puntos en la bolsa" (Pg.45).
"Os exhorto a la solidaridad desinteresada y a una vuelta de la economía y las finanzas a una ética en favor del ser humano" (Pg.49).

Estas frases critican al sistema económico actual que suele resolver sus "problemas" sin pensar en los más pobres, recortando derechos sociales y económicos sin ningún rubor, tal como se observó durante la última crisis económica del 2008. La reacción conservadora del Tea Party, el ala radical de la derecha estadounidense, se atrevió a calificar a este discurso como "marxista". Quizás, el caso más bochornoso ha sido lo ocurrido con CNN que, de la mano del periodista puertorriqueño Xavier Serbia, manifestó su enojo con las críticas del Papa contra el libre mercado. Defendiendo lo indefendible, Serbia afirmó que “la vida con el libre mercado es difícil. Pero sin él, la vida sería imposible”, lo cual es un análisis simplista y apresurado.

Otro aspecto que también llamó poderosamente la atención es la cercanía de la citada encíclica con la "Teología de la Liberación" del padre Gustavo Gutiérrez. Señala el tratado que "el corazón de Dios tiene un sitio preferencial para los pobres, tanto que hasta Él mismo se hizo pobre" (Pg.155). Dice el Papa también: "Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades" (Pg.41).

La Iglesia Católica sigue siendo una institución bastante conservadora, que arrastra los execrables casos de curas pederastas y el dolor de las niñas y niños vejados. Además, en un país como el nuestro, resulta fundamental promover un Estado laico. Sin embargo, no podemos "cerrar los ojos" a lo que sería una autocrítica y apertura de la Iglesia, lo cual podría jugar un rol positivo en la priorización de las problemáticas de los sectores más desposeídos del mundo.

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