Lo que no quieren que sepas del salario mínimo
Hace unos días, en el Infodiario: El salario mínimo puesto en discusión, abordamos la problemática del salario mínimo en el país.
Con respecto a este tema el Instituto Peruano de Economía (IPE) publicó un reporte. Dada la relevancia del tema retomamos la discusión. En primer lugar y en eso coincidimos con el IPE, el mercado laboral peruano es esencialmente informal (entre el 70% y 80%¹ de la población labora informalmente en el país). Sin embargo y de acuerdo a la literatura revisada*, este hecho –tal como lo desarrollamos más abajo- no sería determinante de efectos negativos en el empleo ante un incremento en el salario mínimo, tal como lo sugiere el informe del IPE.
Pero, primero veamos: ¿Cuáles son efectos que genera un incremento del salario mínimo en el nivel de empleo?
De acuerdo a la literatura económica*, un incremento en el salario mínimo genera dos efectos. Luego, al sumarse estos efectos se obtiene el efecto global de un incremento del salario mínimo en el empleo.
1. El primer efecto es negativo (reduce el empleo) y opera de la siguiente forma: dado un incremento del salario mínimo las empresas que contratan trabajadores con salarios por debajo del salario mínimo ven incrementados sus costos, por lo cual deciden reducir el personal empleado.
2. El segundo efecto es positivo (incrementa el empleo) y se le conoce como el efecto “faro”. El aumento del salario mínimo impulsa al alza y la distribución general de los salarios. Dado un mayor nivel general de salarios, los trabajadores pueden adquirir mayor cantidad de bienes y/o servicios, lo que genera una mayor demanda y se traduce, finalmente, en una mayor producción y empleo. No obstante, hay que dejar en claro que este segundo efecto está sujeto a que el salario mínimo sirva, efectivamente, como una “señal” o “faro” para la definición del resto de salarios en la economía.
¿Cuál es el efecto global para el caso peruano?
Este ha sido un punto de gran discusión entre los economistas que abordan el tema laboral. Por esto es que para intentar responder a esta interrogante, resulta primordial revisar un balance de los principales estudios realizados al respecto y no quedarse en la revisión de uno solo –como lo plantea el IPE-.
El informe del IPE avala su posición solo en un estudio del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), el cual se centra exclusivamente en el efecto negativo, pero no realiza aproximación empírica alguna del efecto positivo. Es así que el efecto global obtenido por el estudio es negativo. No obstante, el cuadro 1 muestra el balance de diferentes estudios respecto a este tema
realizado por el profesor Chacaltana. De acuerdo al balance, únicamente el estudio de Jaramillo (2005), encuentra evidencia del efecto negativo lo cual está en línea con el estudio del BCRP. Sin embargo, los otros dos estudios no suscriben tal resultado, sino que muestran evidencia empírica de efectos positivos en el nivel de salarios.
Cuadro 1: Balance de principales estudios del impacto del salario mínimo.
Fuente: ¿Qué hacemos con el salario mínimo?, Chacaltana Juan
**Los efectos positivos solo muestran evidencia de un impacto en la estructura de los salarios efecto de un incremento de salario mínimo.
Elaboración: Otra Mirada.
El balance final hecho por Chacaltana aterriza en dos conclusiones. Primero, que el incremento del salario mínimo (en septiembre de 2003) redujo el empleo –pero no mucho-, pero también elevó el salario medio –tampoco mucho-. La segunda conclusión y la más importante es que ninguno de los estudios revisados estima cuál es el efecto del incremento del salario medio en el nivel de empleo –es decir no se llega a calcular completamente el efecto positivo-. Así pues, ninguno de los resultados puede ser tomado como concluyente, sino únicamente como aproximaciones incompletas del efecto global.
Finalmente el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) acaba de dar a conocer la nueva composición de la canasta de consumo familiar en Lima. Como parte de los resultados, el INEI mostró el valor mensual de la canasta promedio de consumo de los limeños y de la canasta básica de consumo (para no caer en la pobreza) que ascienden a S/2,112 y S/1,292 respectivamente. Ambos montos son, de lejos, superiores a los S/ 550 del actual salario mínimo y están por encima de los S/ 1,124 del salario promedio, por lo cual es de suma importancia mantener abierto el debate al respecto.
¹ Incluso de acuerdo a José Rodríguez (economista de la PUCP) dicho porcentaje estaría subestimado ya que dentro de esta cifra no es estaría considerando al Trabajador Formal No Remunerado (TFNR) ni a los niños trabajadores menores de 14 años.
* Chacaltana Juan (2006),“¿Qué hacemos con el salario mínimo?”, Centro de Estudios para el Desarrollo y la Participación (CEDEP).
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