La trampa del voto voluntario

A inicios de semana el Presidente Alan García se mostró a favor de instaurar el voto voluntario en el país¹. Más allá de la posición del Presidente de la República debemos prestar atención a las consecuencias que ella traería y a los objetivos políticos que pudiera encerrar.

Existe un debate sobre qué resulta mejor, si el voto voluntario o el voto obligatorio, en un régimen democrático. Pero no se trata, en realidad, de un problema únicamente de principios, sino de un tema más complejo. El debate tiene que ver con el grado de desarrollo institucional de cada  país. En ese sentido, resulta interesante notar que en América Latina, una región considerada de bajo desarrollo institucional, salvo Colombia, Nicaragua y Venezuela, el resto de países mantiene el voto obligatorio².

En el Perú, lamentablemente, hay una tradición de exclusión intencional de la mayoría ciudadana de las decisiones políticas. Por ello, el voto obligatorio constituyó una reivindicación democrática que permitió a muchos compatriotas acceso, aunque fuera solo a través de las urnas, a las decisiones políticas.  Esto, junto al poco desarrollo institucional de nuestro país, constituye la suma de razones por las cuales el voto obligatorio es la mejor opción en la actualidad. El voto voluntario deberá esperar a que mejores condiciones de desarrollo institucional y cultura democrática lo permitan.
 
En estas condiciones, la propuesta del Presidente García parece más una burda maniobra para convertir a la minoría neoliberal en mayoría política, por la vía de la marginación electoral de los peruanos más pobres y menos informados. Esto sería posible si el Partido Aprista y la derecha logran transformar la desconfianza y el rechazo crecientes por parte de los ciudadanos hacia sus representantes en un masivo ausentismo electoral. Ello redundaría necesariamente en la falta de legitimidad de los elegidos, pero esto, ante el pánico de perder sus privilegios, poco les importa a los que han detentado el poder todos estos años.
 
Las herramientas para transformar la desconfianza en la política en ausentismo electoral las tienen a la mano. Estas son: el APRA con su vasta organización en todo el territorio nacional, ahora convenientemente aceitada con los “núcleos ejecutores” y la derecha con el control de la mayoría de los medios de comunicación, especialmente en el centro de poder que es la ciudad de Lima. Es indispensable, por ello, desbaratar esta maniobra para evitar que las decisiones sigan en manos de la misma élite minoritaria que ha manejado las cosas a su antojo en los últimos veinte años.
 

¹ El comercio 03/08/2009 http://www.elcomercio.com.pe/noticia/322636/garcia-favor-atender-idea-voto-voluntario
² Blog de Fernando Tuesta: http://blog.pucp.edu.pe/fernandotuesta/los-dilemas-sobre-el-voto-facultativo
 

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