La reforma electoral pasó a mejor vida
En un último intento por dar paso al inicio de la reforma electoral, el debate para la eliminación del voto preferencial se extenderá una semana para luego ser sometido a votación, así lo anunció el titular de la comisión de Constitución Fredy Otárola. Sin embargo, al parecer no hay nada que pueda hacer cambiar la posición de quienes se oponen a esta norma, que más bien han reforzado su negativa.
El presidente Ollanta Humala ha dicho que aún tiene esperanzas de que se inicie la reforma y el presidente del Congreso Luis Iberico lo ve muy complicado pues considera que no hay voluntad política en los diferentes partidos.
Frente a ello Otárola, pese a que sabe que tiene que enfrentarse a la escopeta de dos cañones de los grupos parlamentarios, ha decidido reunirse el próximo martes con los secretarios generales de los partidos políticos con representación en el Parlamento para saber si hay o no voluntad de cambio.
¿REBELDES O CÓMPLICES?
Aunque esa tampoco parece una salida viable pues durante los días previos al debate en el Congreso, Keiko Fujimori, Alan García y Alejandro Toledo manifestaron su necesidad de que se apruebe la reforma electoral; pero a la hora de la votación en la Comisión de Constitución los congresistas representantes de esos partidos mostraron su verdadero rostro y votaron en contra.
Es decir, los congresistas de esos partidos no tomaron en cuenta la opinión de sus líderes o simplemente tenían (y tienen) la consigna de no votar por la eliminación del voto preferencial.
Luego de cuatro horas de debate, con nueve votos a favor de los congresistas de las bancadas de Fuerza Popular, Dignidad y Democracia, Concertación Popular y Perú Posible, y siete en contra de Gana Perú y PPC-APP, fue aprobada la cuestión previa presentada por el legislador José León para que el proyecto regrese a debate y la reforma electoral pase nuevamente al olvido.
La versión del aprista Mauricio Mulder, después de la votación, puso al descubierto la posición de quienes se oponen a la reforma: “Este proyecto tiene que ser visto por el próximo Congreso, no se puede debatir y aprobar una iniciativa de tanta importancia a última hora”.
Para que no quede dudas de la consigna que tenía el aprista Mulder, dijo que si es que se va eliminar el voto preferencial, debe eliminarse también el voto obligatorio y además reinstaurarse Senado. Esto es extraño pues Mulder jamás se atrevió a contradecir a Alan García y menos en público sobre un tema tan importante. Después de esa declaración, García no ha salido a enmendarle la plana, guardando más bien un silencio cómplice.
OMISIÓN
Pero Otárola y el nacionalismo tampoco pueden ahora culpar al resto de esta situación, pues como dice el propio Mauricio Mulder, durante cuatro años la bancada nacionalista tuvo el control del Congreso con 47 miembros y no hizo nada por aprobar la reforma electoral que viene siendo reclamada desde hace mucho por los organismos electorales como el JNE y la ONPE.
Todo hace indicar que el proyecto de ley que propone establecer el sistema de elección de los congresistas mediante listas cerradas y bloqueadas, y eliminar el voto preferencial, vigente desde las elecciones para la Asamblea Constituyente de junio de 1978, se mantendrá en la lista de espera de los proyectos de reforma electoral que figuran en la agenda de la Comisión de Constitución y Reglamento.
Además de eliminar el voto preferencial, el proyecto plantea también fortalecer la competencia de los órganos electorales de las organizaciones políticas para preparar las elecciones internas destinadas a elaborar sus respectivas listas de candidatos, con la supervisión de los organismos electorales.
EN NADA
A puertas del inicio de la campaña para las elecciones del 2016, la reforma electoral parece estar destinada a quedar en intenciones y los partidos seguirán debilitándose para dar paso a la pugna por las curules, escenario propicio para el ingreso del dinero sucio en el financiamiento de las campañas.
Fernando Tuesta, ex jefe de la ONPE, cuestionó la actuación de los parlamentarios. “Dicen una cosa y hacen otra. Los congresistas, en realidad, no quieren eliminar el voto preferencial porque consideran que con él tienen mejores posibilidades de ser reelegidos”, comentó.
Los especialistas han advertido que la economía delictiva y en especial el narcotráfico están tocando las puertas de los partidos e infiltrando candidatos. En el Congreso saben de esta situación, pero los padres de la patria han preferido hacerse los desentendidos.
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