La lealtad política en la victoria de Susana

El domingo, luego de una jornada electoral con particularidades debido al carácter inusual de la misma, los resultados fueron elocuentes y demostraron que las coaliciones políticas bien lideradas y con objetivos claros llegan siempre a un mejor puerto que los intereses personales y egoístas de quienes se sienten con derecho de perpetuarse en el poder.

El resultado del proceso de revocatoria en Lima ha sido contundente: la victoria indudable ha sido de Susana Villarán, actual alcaldesa de Lima quien, luego de varios meses de ardua campaña, logró posicionar la coalición que lideró las preferencias entre los limeños. Basando su campaña en la importancia de “pensar en Lima”, y contando con la unión de diversas fuerzas democráticas – partidos políticos, movimientos sociales, organizaciones civiles, gremios diversos, etc. – ganó un proceso de revocatoria a todas luces malintencionado.

Sin embargo, cabe resaltar algunos detalles post-comicios que ponen de relieve otros tantos intereses (o inexactitudes si queremos ser bien pensados) en este proceso en general. Sin duda el PPC, y su lideresa política Lourdes Flores, han resultado importantes en este proceso y han contribuido con la victoria de Susana Villarán. Sin embargo, de ahí a creer que son los “reales” ganadores, como se señala en diversos medios, hay mucho trecho. No sólo resulta de una mezquindad significativa frente a Susana Villarán como a las otras fuerzas políticas presentes en esta coalición democrática, sino que pareciera tener una agenda detrás.

Diversos periodistas de distintos medios han dedicado la jornada del domingo y la de ayer a resaltar la labor de estos personajes y los presentan como los grandes ganadores cuando lo que ocurre es que, como parte del movimiento por el NO, resultan victoriosos, pero no protagonistas exclusivos. A la fecha, aún no contamos con el conteo oficial al 100% de los votos emitidos durante el proceso, sin embargo se conoce que Susana Villarán se mantendría en el cargo de alcaldesa y que los regidores por Fuerza Social podrían ser revocados, aunque por muy poco.

Esto obliga a mantener la coalición del NO en la gestión, lo cual saludamos y felicitamos, toda vez que este tipo de uniones fortalecen las instituciones y constituyen gestos positivos para la democracia. Del mismo modo, aísla, como debe ser, a los personajes turbios que siguen viendo en Lima, como en el país, un botín.

Es fundamental mantener la lealtad política entre los diversos sectores de la coalición. Si se deja pasar este operativo, por ahora mediático de erosión del papel jugado por Susana Villarán, no podemos augurar nada bueno para el futuro de la gestión municipal. Esperamos que la calidad democrática se vuelva a imponer en este momento de post-campaña y que la ciudad de Lima se beneficie de ello.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta se hace para comprobar que es usted es o no una persona real e impedir el envío automatizado de mensajes basura.
Image CAPTCHA
Enter the characters shown in the image.