La extorsión avanza: ¿Cómo enfrentarla?
¿Cómo enfrentar el crimen organizado que parece sostenerse en instituciones débiles, cuya inacción puede costarle la vida a un peruano?
Las continuas amenazas de muerte realizadas antes del crimen del ex consejero regional de Ancash, Ezequiel Nolasco, retratan un crimen que se pudo prevenir. ¿Por qué la policía y la fiscalía no hicieron mayor caso a las denuncias de Nolasco? ¿Cómo enfrentar el crimen organizado que parece sostenerse en instituciones débiles, cuya inacción puede costarle la vida a un peruano?
Hoy en día, las extorsiones son el fenómeno delictivo más preocupante, peligroso y violento que viven nuestras ciudades. Entre 2012 y 2013, las diez ciudades que lideraron el ranking de extorsiones fueron La Libertad (42.8%), Tumbes (35.5%), Piura (30.3%), Cañete (Lima) (27.9), Huaura (Lima) (20.9%), Chimbote (Ancash) (14.7%), Lima Metropolitana (14.7), Lambayeque (14%), Ica (14%) y Tacna (14%). Como vemos, se trata de ciudades caracterizadas por un importante dinamismo económico producto del crecimiento de sectores como minería, construcción y agroindustria. El ex Ministro del Interior, Gino Costa, afirma que la extorsión tiene un mayor impacto porque es un fenómeno menos selectivo, por tanto, afecta a un mayor número de actores, tanto grandes como pequeños, y a los sectores productivos.
Las extorsiones prosperan gracias a una mezcla de temor, pasividad, incompetencia, corrupción y abierta colusión de buena parte de las autoridades locales para hacerles frente. Por ejemplo, a medida que se conocen los detalles del crimen de Ezequiel Nolasco, salta a la vista el “revés” que sufren las fiscalías provinciales que investigan el crimen organizado. Cuatro jueces de la Fiscalía Anticorrupción del Santa, que acogieron y venían investigando la denuncia sobre la existencia de un centro de espionaje telefónico en Chimbote, no obtuvieron el apoyo de la Fiscalía de la Nación y fueron despedidos de sus cargos. Para el periodista Ricardo Uceda, habría suficiente evidencia de un tinglado judicial que protegió a quienes están detrás del crimen organizado en esta zona del país. Uceda se atreve a afirmar que el actual Fiscal de la Nación, como su voceado sucesor Carlos Ramos Heredia, serían poco menos que aliados del presidente regional de Áncash, César Álvarez, quien está en el centro de las investigaciones por el crimen de Ezequiel Nolasco.
¿Qué alternativas tenemos? Una primera medida es reconstruir la capacidad de inteligencia e investigación criminal de la policía. El ex ministro Costa señala que la detención del coronel Linares, jefe policial en Chiclayo, como presunto protector de la organización criminal El Clan del Norte, demuestra que se necesita firmeza al interior de la institución policial. Asimismo, se requiere constituir bajo la dirección de la Fiscalía Especializada en Criminalidad Organizada, equipos de fiscales y policías que hagan la investigación en terreno: escuchas telefónicas legales, agentes encubiertos, levantamiento del secreto bancario, colaboración eficaz, entre otras. Se requiere, además, un mayor número de agentes policiales de inteligencia, garantizar que se mantenga la incomunicación telefónica de los principales cabecillas detenidos para evitar que sigan operando desde los penales y, finalmente, constituir una liderazgo político en el marco más amplio de la lucha contra el crimen organizado, que defina la estrategia, resuelva los problemas de implementación y provea los recursos presupuestales. ¿Estaremos preparados para tal desafío?
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