La cosa puede ponerse peor

Por: 

Félix Jimenez

El economista Félix Jiménez cree que el país vive una coyuntura crítica entendida como una situación en la que existen condiciones para transformar la economía y la política. Advierte que si no se realizan cambios estructurales, el tiempo de las vacas flacas puede empeorar. Considera que García, Keiko y Pedro Pablo Kuczynski (PPK) no están leyendo adecuadamente la situación por la que atraviesa el país. Optimista, cree que surgirá un candidato presidencial alternativo a los aspirantes presidenciales del continuismo neoliberal.

—¿Cuáles son los principales indicadores para decir que la economía peruana está en crisis?
—En el año 2014 el Producto Bruto Interno (PBI) creció a una tasa de solo 2.14%, cifra equivalente a la tercera parte de la tasa promedio registrada en los años de la llamada década dorada (2003-2013). Hay también una desaceleración de la tasa de crecimiento del empleo en empresas de más de 10 trabajadores. Otro indicador: el actual enfriamiento ocurre con presiones inflacionarias. La inflación en el año 2014 fue de 3.2%, cifra que se encuentra por encima del límite superior de la banda que estableció el Banco Central de Reserva. Las presiones inflacionarias provienen de los aumentos del tipo de cambio y del creciente déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Con estos datos se puede decir que hay una fuerte desaceleración económica en el país.

—¿Estos indicadores nos están diciendo que ya no vamos a crecer?
—Nos indican que no vamos a crecer a las tasas a las que crecimos durante 2003-2013, porque el estancamiento de la economía internacional durará un tiempo relativamente prolongado. Insisto: es imposible replicar las tasas de crecimiento de la década dorada con políticas macroeconómicas contra-cíclicas.

—¿Hay forma de calcular la cifra de crecimiento durante el 2015 o el 2016?
—Veamos. Las proyecciones de la tasa de crecimiento de la economía internacional son muy bajas. Por ejemplo, cerca del 3% para el 2015 y cerca del 3.5% para el 2016. Estas proyecciones no toman en cuenta los efectos de la crisis en la Unión Europea por el caso de Grecia y tampoco la acentuación de la desaceleración de la economía china. Entonces, con una economía internacional estancada no hay forma de que la economía peruana pueda crecer a tasas relativamente altas como las que se registraron en el período reciente.

—Bueno, usted acaba de explicar los factores externos y ¿qué ocurre con los factores internos?
—Hay analistas y economistas que afirman que con políticas reactivadoras, fiscales y monetarias, se puede crecer por encima de 4%. Yo no estoy de acuerdo con esta afirmación. Ellos no toman en cuenta los cambios producidos en la estructura productiva en los últimos 25 años de neoliberalismo. Ahora tenemos una estructura productiva que es menos industrial y menos agrícola que antes, y más productora de servicios de baja productividad. Por lo tanto, si usted aumenta de manera importante el gasto fiscal corriente y/o la inversión pública, lo que va a provocar son mayores presiones inflacionarias y crecientes déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos. Por eso, debemos informar a la población que la economía crecerá a tasas bajas y que necesitamos cambios estructurales importantes para situar las fuentes del crecimiento dentro de las fronteras nacionales. El escenario internacional ya no es el mismo. Estamos en tiempos de vacas flacas y, esta situación puede empeorar si no hay cambios estructurales, si no se inicia el desarrollo de la agricultura, la agroindustria y la manufactura.

—¿En este año que le queda de gestión, cree usted que el gobierno puede lograr esos cambios y así conseguir un crecimiento que se acerque al 4%?
—No creo. Lo que pasa es que tenemos un gobierno que no se ha atrevido a realizar cambios estructurales, que se ha comprado la ideología neoliberal y que cree que la política macroeconómica que encontró cuando asumió el poder es intocable. El gobierno o sus autoridades económicas creen que destrabando trámites, desregulando, van a estimular la inversión. La «tramitología» ha sido convertida en teoría de la inversión.

—¿Cómo se estimula la inversión entonces?
—Los inversionistas deciden arriesgar sus capitales de acuerdo a las posibilidades de ganancias futuras y cuando el futuro es incierto no invierten. Alguien decía durante la gran depresión de la década de los treinta del siglo XX: “Usted puede llevar a un caballo al agua, pero no puede obligarlo a que la tome”. El escenario internacional es incierto; por lo tanto, no hay posibilidades de que repunte la inversión en los sectores extractivos. Las reformas y políticas neoliberales han generado una estructura productiva que es menos industrial y menos agrícola, y más productora de servicios de baja productividad donde está el grueso de los trabajadores. Esta estructura productiva con un alto porcentaje de informalidad (74% del total de los trabajadores), no puede reproducir las tasas de crecimiento de la década dorada, si no se recupera sostenidamente la economía internacional. Cambiar esta estructura productiva, cambiar el modelo, no se hace en poco tiempo. Yo no creo que se inicien los cambios estructurales en lo que queda de este gobierno, tampoco creo que la inversión privada se recupere en este año. Hay proyectos mineros con licencia social que se han parado por la existencia de incertidumbre en el escenario internacional.

—Digamos que los cambios estructurales le tocaría realizarlos al próximo gobierno y si vemos el escenario de los posibles candidatos solo juegan tres: PPK, García y Keiko. ¿Estos políticos se atreverán a realizar un giro importante?
—Considerando los antecedentes de estos candidatos francamente yo no creo que se atrevan a realizar cambios estructurales. Creo que ellos van a continuar con las políticas neoliberales y de subordinación al capital transnacional.

—¿Entonces, estamos condenados a vivir en tiempos de vacas flacas durante el próximo quinquenio?
—Yo creo que esa posibilidad existe y es muy preocupante. El subempleo va a aumentar, al igual que la pobreza. Esta última ya aumentó en dos puntos. De otro lado, el Estado ha perdido capacidad financiera para enfrentar los problemas sociales. Las medidas tributarias que adoptó este gobierno el último año, han provocado una reducción de dos puntos en la presión tributaria (ingresos tributarios entre el PBI). Este gobierno va a dejar una presión tributaria igual o menor a la que encontró. Empezó con la idea de aumentar la presión tributaria y puede terminar bajándola.

GRECIA

—¿Cree usted que la crisis en Grecia es la crisis del neoliberalismo en su conjunto?
—Por supuesto que sí. La experiencia ha demostrado que integrarse a la economía internacional (en este caso la Unión Europea), renunciando a la soberanía en el manejo de la política monetaria, no necesariamente contribuye al fortalecimiento de la democracia. La globalización, la integración a la economía internacional, con pérdida de soberanía, no favorece a la población; al contrario, la perjudica, porque se siguen reglas internacionales que no toman en cuenta las condiciones internas del país. Las desregulaciones, la flexibilización del mercado de trabajo, generan conflictos sociales que erosionan la democracia.

Grecia acaba de ser humillada por sus acreedores. Las medidas que le exigen no creo que reactiven su economía. Son medidas que afectan más a los que menos tienen. Pero, además, son medidas contractivas, anti-crecimiento económico. A Grecia le va a pasar lo que le pasó a América Latina en los años ochenta del siglo pasado. Fue la década perdida para América Latina, por haber aplicado sistemáticamente medidas de austeridad, de recortes de gastos y otros ajustes estructurales. Nuestras economías se estancaron, no crecieron, aumentaron la pobreza y el subempleo, se redujo la capacidad productiva percápita, se deterioró la infraestructura económica y social, se afectó notablemente la calidad de la educación y la salud, y, por supuesto, aumentaron los conflictos sociales.

QUE BUSQUE EL CAMBIO
Hay condiciones para un candidato de consenso

—¿Cree usted que surgirá un candidato alternativo a PPK, García y Keiko?
—Yo creo que están dadas las condiciones para que aparezca una opción de cambio y un candidato que la encarne. El país vive una coyuntura crítica, una coyuntura que genera posibilidades de nuevos rumbos. Hay una desaceleración o un enfriamiento económico junto a una crisis política que yo denomino crisis de la democracia constitucional liberal. La gente no cree en los partidos tradicionales ni en los llamados «políticos» que practican la impostura y están manchados de corrupción. Es la hora de cambiar la manera de hacer política y creo que están surgiendo movimientos sociales con este fin, que quieren restituirle la ética a la política, que quieren hacer de la política un real instrumento de justicia social.

—¿Y qué es lo que falta entonces para que surja el candidato de consenso?
—Los partidos, agrupaciones y movimientos políticos están trabajando con ese objetivo. Saben que la dispersión nos conduce al fracaso. Todos están a favor del cambio, y estoy seguro que sabrán deponer intereses particulares e individuales por el bien del país, por el bien de la democracia y la justicia social. Yo creo que es posible que surja un candidato o una candidata de consenso, y hay gente buena que está trabajando con ese propósito.

—¿Se atrevería a mencionar algunos nombres de posibles candidatos de consenso?
—Preferiría no mencionar ningún nombre por ahora. Hay uno o dos que espero que se conviertan en los candidatos de la gran transformación del país.

—¿De quiénes habla usted?
—No voy a dar nombres por ahora.

EN BUSCA DEL CRECIMIENTO 
Puntos claves para cambios estructurales

—¿Cuáles serían los puntos claves del cambio estructural en la economía que usted propugna?
—Hay que poner énfasis en la industrialización de la agricultura y en el desarrollo de la manufactura y la agroindustria. Se debe recuperar el liderazgo de la manufactura, cambiando la estructura de precios relativos que acompañó al crecimiento primario exportador neoliberal. En una economía pequeña y abierta, el principal instrumento de política industrial es el tipo de cambio. Para favorecer a las actividades transables, como la manufactura, tenemos que mantener un tipo de cambio estable y competitivo.

—¿Podemos hablar también de favorecer a la industria nacional?
—Los cambios estructurales de los que hablo pasan por eliminar las barreras que impiden la expansión de las inversiones nacionales que tienen que ver con la ausencia de mercados y de financiamiento. Para crear nuevos mercados la inversión en infraestructura económica y social, debe ser focalizada. De otro lado, el financiamiento es clave y lo que se tiene que hacer es recuperar el papel del mercado de capitales en soles. El mercado de capitales peruano ha sido transnacionalizado y no cumple su papel de apoyo a la inversión privada nacional. Este mercado debe estar orientado a financiar a empresas, pequeñas y medianas (manufactureras y agrícolas, por ejemplo), mediante emisiones de deuda debidamente garantizadas por el Estado. Tenemos que apostar por el desarrollo de mercados internos sin cerrarnos al mundo y reformular radicalmente la política salarial adoptada por los neoliberales. El salario no es solo un costo, es demanda y capacidad de consumo. También se requiere una verdadera reforma tributaria. Hay que recuperar la capacidad financiera del Estado para hacer políticas sociales, para universalizar la educación y la salud, para apoyar la investigación y la innovación, y para promover el desarrollo industrial, agrícola, agroindustrial. etc.

—Hablando del salario, ¿cuánto cree que debe ser el sueldo mínimo?
—En primer lugar, se tiene que recuperar el papel del salario mínimo como instrumento de política de redistribución de ingresos y de creación de demanda. Sus aumentos deben ser regulares y de acuerdo a los cambios en la productividad y el costo de vida.

—¿En cuánto debe subir este salario?
—Creo que debe aumentar hasta cubrir el costo de la canasta familiar que se calcula en 1500 soles aproximadamente.

Entrevista de Paco Moreno, Publicado en Diario Uno, 19 de Julio 2015

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