Incendios en la Amazonia es la verdadera amenaza a la Seguridad Regional
Ricardo Soberón, abogado internacionalista
La situación generada por los incendios estacionales en la cuenca amazónica sudamericana pasó a convertirse de una cuestión de seguridad nacional, en un asunto de seguridad regional de todos los países que pertenecen a la OTCA. Toda una catástrofe ambiental, principalmente en el sur de la Amazonía brasileña, aunque también afecta otros biomas como la Orinoquia, el Chaco chiquitano, el pantanal, el cerrado y el llano. Según RAISG , entre 2001 y 2020 se han afectado hasta 120 millones de has de bosque amazónico en América del Sur. Solamente en Brasil se han quemado 21.7 millones de has, en la Amazonía el cerrado y el Pantanal . Los impactos de los incendios se miden en destrucción de bosque, de flora y fauna, de vidas humanas, resultan siendo incalculables. Pero también se miden en función de la contaminación de las humaredas en lugares intermedios y alejados como La Paz .
Algunos países como Bolivia han declarado la emergencia nacional (decreto supremo 5219), o el caso de Colombia que decreta el desastre natural, para ayudar en la movilización de recursos. En julio, el Brasil estableció un Comité Nacional y el Centro federal integrado de Coordinación Operativa Multi agencia.
Todo hace pensar que, si no tenemos un plan específico de corto, mediano y largo plazo para detener el mal uso de los territorios y la exterminación del bosque y biodiversidad, esta situación se presentara todos los años, cada vez de peor forma. El efecto inmediato, es que la pérdida de bosque convierte irremediablemente, una zona forestal en agrícola o ganadera y eso no se puede permitir. En términos legales el proceso de conversión y cambio de uso de la tierra, demora por lo menos dos años (Fundación Tierra, Bol): el fuego lo hace en un solo día.
Lamentablemente, la OTCA como espacio de concertación política ha sido poco útil para enfrentar la situación crítica que enfrentan los gobiernos y las sociedades amazónicas, que además deben enfrentar las consecuencias de la sequía y el escaso caudal de los ríos. Ni su Secretaría Permanente ni la Agenda Estratégica de Cooperación Amazónica (AECA) se han activado para enfrentar la emergencia. Esta última señala:
“Consulta permanente a los Países Miembros y sus actores involucrados por medio de las Cancillerías.
Intercambio de informaciones de forma rápida y periódica por medio de los instrumentos de Tecnología de la información y Conocimiento - TIC`s. Coordinación efectiva con las Comisiones Nacionales Permanentes por medio de las Cancillerías”.
Creo la medida más urgente es convocar a una reunión de ministros de Defensa de los ocho países, para instalar un Comité permanente de Crisis que permita atacar de forma conjunta los mayores focos de incendios. El presidente Petro de Colombia ha planteado la formación de un Puesto de Mando Unificado con países vecinos . Asimismo, las Cancillerías amazónicas debieran sentarse a hacer un solo pedido a la comunidad internacional: que medios aéreos de terceros países no amazónicos pueden venir para atacar el fuego desde distintos lados, pero de forma coordinada. Estamos seguros de que los recursos técnicos, financieros y humanos con los que cuenta EE. UU., Europa, China y otros países pudieran ayudar los esfuerzos que realizan las unidades de bomberos desde tierra.
Mas que la alarma en sí misma como suelen hacer los medios tradicionales, interesa señalar una hoja de ruta de respuesta frente a un fenómeno de tamaña magnitud. La lentitud con la que han respondido los Estados demuestra las enormes limitaciones del esquema tradicional de los ejercicios militares tradicionales que realizan las Fuerzas Armadas latinoamericanas con el Comando Sur. Repasemos. Ni los ejercicios UNITAS, ni Panamax, ni Comando, han servido para mucho, en este sentido. A pesar de que muchas veces se menciona la atención de desastres naturales, en la práctica no están sirviendo de mucho. Los limitados medios aéreos con los que cuentan Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia debieran coordinar acciones para “atacar” de forma coordenada las fuentes de fuego.
En el caso peruano observamos varios helicópteros MI 17 estacionados en sus hangares en el aeropuerto Jorge Chávez, es el momento de pensar que allí esta parte de la solución. La ayuda que podrían suministrare la tecnología satelital o un sistema de vigilancia con drones, momentos previos del inicio de la temporada seca. Las causas profundas de los incendios en la Amazonía provienen de la costumbre de la quema de tierras usadas por la agricultura (chaqueo), se trata de incendios intencionalmente realizados por la mano de obra. Algunos le echan la culpa a la gran agricultura, otros a los migrantes andinos. En segundo lugar, tenemos como otro responsable la deforestación que tiene como una de sus causas la construcción de infraestructura como son las carreteras Mazán Estrecho en Loreto o Calamar Miraflores en el departamento de Guaviare Colombia.
Más que tardías lamentaciones, necesitamos acciones concretas. En el caso peruano, la palabra la tiene la Cancillería y el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, junto al COEN e INDECI.