Ignacio Ramonet
Basta con ver, después de la victoria de Macron el 23 de abril, la eufórica embriaguez de todos los fanáticos del social-liberalismo y la espectacular subida de las Bolsas para entender con claridad lo que significa, políticamente, ese triunfo de Emmanuel Macron: una revancha de las castas, de los poderosos del sistema. La gente no ha dicho aún su última palabra.