El Agro: todos los huevos en la canasta de la exportación*

Por: 

Róger Rumrrill

La misma lógica del modelo primario-exportador que es la hoja de ruta económica del gobierno actual, con la consecuente vulnerabilidad en el inestable escenario global, se está aplicando a la política agraria.

Es decir, el gobierno de Humala ha puesto casi todos los huevos de la canasta agraria en la agro exportación, tratando a la pequeña y mediana agricultura que produce el 70 por ciento de los alimentos para todos los peruanos en forma discriminatoria.

Veamos. El Ministerio de Agricultura (MINAG) clasifica tres tipos de agricultura: subsistencia, pequeña y mediana y agricultura intensiva y de exportación. Para la gran empresa agroexportadora calificada de no tradicional hay todo tipo de incentivos e incluso subsidios. La Ley 27360 es uno de estos mecanismos que privilegia la agro exportación, además del draw back. En la agenda del MINCETUR sólo se promueve la agro exportación.

Las consecuencias de esta política agraria discriminatoria con relación a la pequeña agricultura andino-amazónica, según Lorenzo Castillo, alto dirigente de la Junta Nacional de Café (JNC), son retraso del agro, en particular de la pequeña agricultura, más pobreza, desmontaje del sistema financiero y de la institucionalidad de apoyo a esta agricultura.

Sin embargo, la pequeña agricultura familiar, tal como ya señalamos, produce el 70 por ciento de los alimentos del país, aporta los insumos a la ya famosa cocina peruana, contribuye a la conservación de la biodiversidad y es una agricultura que se adapta y resiste mejor al cambio climático, mientras que el agrobusiness, el gran monocultivo exportador, sucumbe y colapsa a los fenómenos climáticos extremos.

Los privilegios de diversa índole a la gran exportación agraria en desmedro de la agricultura familiar, que representa el 25 por ciento de la PEA en el Perú, está generando también un proceso de concentración de la propiedad de la tierra, una neo latifundización en todo el país.

De acuerdo al CEPES, sólo los latifundios costeños concentran 250 mil hectáreas de un total de 850 mil hectáreas cultivadas en la Costa. Un sólo propietario, los hermanos Rodríguez Banda, dueños de “Gloria”, posee 80 mil hectáreas. Esta concentración que se da tanto en la costa, los andes y la Amazonía es mayor a la concentración feudal  previa a la reforma agraria del gobierno revolucionario del general Velasco con la Ley 17716 del 24 de junio de 1969.

En la Amazonía, uno de los mayores propietarios de las tierras es el Grupo Romero con sus inmensos monocultivos de palma aceitera localizados en las Regiones de Loreto, San Martín y Huánuco.

Está en marcha un proceso de neo latifundización del planeta paralelo a un proceso de concentración oligopólica de la producción, distribución y comercialización alimentaria. Cuatro oligopolios controlan el 80 por ciento de la canasta alimentaria mundial, amenazando la seguridad y soberanía alimentarias de muchas naciones. Entre ellos el Perú.

El 19 de febrero pasado, el Ministro de Agricultura Milton von Hesse La Serna en una exposición a los dirigentes de la Convención del Agro Peruano (CONVEAGRO) alertó sobre graves problemas de invasiones y tráfico de tierras. Sin duda las invasiones y tráfico de tierras están directamente relacionados con el proceso de neo latifundización y las gollerías políticas y económicas a las grandes empresas agroexportadoras.

En esa misma reunión, el titular del MINAG informó que el eje de la política agraria de su sector es el agua y anunció al respecto la puesta en marcha del programa “Mi riego” con una inversión de mil millones de soles.

La cada día hay mayor escasez de agua debido a su uso irracional y sobre todo al cambio climático es otro de los problemas que enfrenta el agro peruano. Recientes estudios de la Unidad de Glaciología y Recursos Hídricos de la Autoridad Nacional del Agua (ANA) demuestran que el 50 por ciento de los glaciares andinos han retrocedido por el cambio climático. Los bofedales, donde bebe la ganadería andina, se están secando y hay menos flujo de agua que alimenta la cuenca del Amazonas.  Pero las políticas de adaptación y mitigación a los extremos climáticos no pasan de los discursos.

Para la grave crisis alimentaria mundial que se avecina, a causa de la neo latifundización y la especulación agroalimentaria de los oligopolios y los impactos del cambio climático, el Perú no está tomando previsiones.

Cortoplacistas, primario exportadores, comiéndonos la “gallina de los huevos de oro” de la riqueza natural por una obsesión extractivista, los peruanos seremos otra vez víctimas de nuestra sub cultura de la imprevisión. ¿Nunca aprenderemos la lección?.

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