Corredor vial: el día después
Como se esperaba, la adaptación a un nuevo sistema que, entre otras cosas, fomente la formalidad tanto de los trabajadores como del desempeño del servicio, tomará tiempo.
Este sábado 26 de julio se dio inicio a la llamada “marcha blanca” (servicio gratuito) en el Corredor Azul, el primero de cinco corredores viales que buscan ordenar el transporte en Lima. Como se esperaba, la adaptación a un nuevo sistema que, entre otras cosas, fomente la formalidad tanto de los trabajadores como del desempeño del servicio, tomará tiempo. Fuimos testigos del inicio de este periodo y he aquí lo observado.
El inicio de la jornada fue accidentado debido a que trabajadores de otras empresas de transporte buscaron generar caos desde primeras horas de la mañana del sábado, y quisieron entrar a la fuerza a la ruta destinada exclusivamente a los buses patrón. Se pudo evitar esta rebeldía, por decir lo menos, gracias al apoyo de la Policía Nacional que se ha comprometido con el desarrollo de la reforma, lo cual es fundamental. Pero otro problema fue el de frecuencia de los buses.
El servicio está diseñado para que de lunes a viernes la frecuencia de los buses sea de tres minutos, los sábados de 5 minutos y los domingos de 7 minutos; sin embargo, durante el primer día de operaciones los buses patrón sufrieron un retraso de hasta 15 minutos. No obstante, el presidente de Protransporte, Gustavo Guerra García, afirmó que la frecuencia aumentaría y que se trata de una situación excepcional por el inicio del servicio. Asimismo, señaló que si los buses estuvieron llenos durante las jornadas de prueba fue debido, sobre todo, a la gratuidad temporal del servicio.
Tal vez el mayor de los problemas sea el de la desinformación. Los medios de comunicación se han empeñado a lo largo de la semana y durante los días feriados, en resaltar este aspecto. Por ejemplo, RPP ha señalado que la Municipalidad de Lima ha “suspendido” el sistema hasta el fin de semana. Esto es falso ya que el periodo de prueba ha sido indicado hace semanas y se había planificado que el corredor vial funcionaría sólo fines de semana y feriados hasta el 9 de agosto, fecha en la cual los buses azules circularían ininterrumpidamente. No hay, pues, suspensión. La “marcha blanca”, además, seguirá vigente hasta el 8 de septiembre. Lo cierto es que pese a la distribución de al menos 500 orientadores a lo largo de todo el corredor vial, el sistema no es completamente entendido por todos los usuarios. Es normal que la adaptación a un sistema nuevo tome tiempo. Las dudas usuales fueron sobre frecuencia de los buses, sobre los paraderos establecidos y sobre las tarifas. Sobre la primera hemos respondido líneas arriba.
Sobre los paraderos hay que señalar que están preestablecidos y este es uno de los cambios más importantes ya que se da fin a la mala costumbre de que el usuario elija su destino, lo cual ha generado caos desde siempre. El “pie derecho”, “bajo en la esquina” y otras frases propias de la “cultura combi” quedan en el pasado. Pueden ver la lista de los 90 paraderos establecidos aquí. La respuesta de los usuarios antes que de oposición ha sido de desconcierto. Se trata de una reforma no sólo de transporte, sino de concepción de los servicios y del orden. Respecto de las tarifas cabe indicar que es cierto que existirá un incremento respecto del pasaje en el anterior sistema, pero debe señalarse también que se trata de un mejor servicio. Por un lado, el tiempo de duración de los viajes será mucho menor, lo cual beneficia a los usuarios, pero además los conductores podrán acceder a derechos laborales y dejar de lado las carreras ya que están en planillas y cuentan con sueldos fijos.
Hay que reconocer el trabajo largo y arduo por parte de la Municipalidad de Lima para llevar a cabo esta reforma. Hay ciudadanos que indican que el cambio debería ser gradual. A ellos hay que recordarles que este es el primero de cinco corredores viales y que el trabajo para llevarlo a cabo ha tomado años: negociaciones, diálogo con empresas de transportes y cambio en el marco normativo. Por otro lado, habría que demandar que los medios de comunicación contribuyan con brindar información precisa ya que el desconocimiento del sistema se debe también a la desinformación con la cual se ha cubierto esta iniciativa.
Se trata, tal vez, de una de las más grandes reformas en nuestra ciudad y, como toda reforma, va a necesitar del apoyo de nosotros para que llegue a buen puerto. El inicio aún con los tropiezos previsibles, ha sido auspicioso. Esperemos, por el desarrollo de Lima, que nada la detenga.
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