COP28: Un eco de desigualdad y codicia en medio de la crisis climática

Por: 

Redacción OtraMirada

La reciente 28 Conferencia de las Partes Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) o simplemente “la COP 28” realizada en Emiratos Árabes Unidos ha sido objeto de críticas intensas, marcada por la controversia en torno a la contradicción de tener a uno de los principales productores de petróleo del mundo como país anfitrión. 

Este hecho arroja dudas sobre la legitimidad de las negociaciones climáticas, dado que la quema de combustibles fósiles, principal fuente de gases contaminantes, se perpetúa.

Sobre este aspecto, la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (Latindadd) ha hecho eco de los cuestionamientos y conclusiones de lo que deja esta conferencia y lo ha detallado en un amplio pronunciamiento que se puede descargar Aquí

Precisamente Latindadd considera que la falta de ambición en los resultados de la COP28 pone en riesgo la vida de 8 mil millones de personas en los próximos años. A pesar de lograr un llamado a alejarse de los combustibles fósiles, la financiación para la transición en países de ingresos bajos y medianos sigue sin resolverse, evidenciando la falta de cumplimiento de compromisos financieros por parte de los países ricos.

El petróleo negociando la no contaminación 

Desde el inicio, la COP28 fue señalada como una instancia capturada por la industria de los combustibles fósiles. La presidencia de este año, en manos del sultán Ahmed al Jaber, CEO de la empresa petrolera Abu Dhabi National Oil Company generó críticas, destacando su conflicto de intereses al realizar negocios petroleros durante las reuniones de coordinación. 

Este hecho eclipsó el anuncio apresurado del nuevo Fondo para Daños y Pérdidas, intentando desviar las críticas que cuestionaban la negación de la evidencia científica por parte de la presidencia.

Aunque la COP28 fue la más masiva en términos de participación, con 85,000 asistentes, la presencia significativa de la industria de combustibles fósiles y representantes financieros del norte global levantó preocupaciones sobre la influencia de intereses particulares en las negociaciones.

La eliminación progresiva de combustibles fósiles fue eliminada del texto final, dejando un vacío en la transición hacia fuentes de energía más sostenibles. Aunque se hizo un llamado a reducir emisiones y acelerar la adopción de energías renovables, persisten dudas sobre la efectividad de soluciones tecnológicas costosas.

Lo económico

El financiamiento climático volvió a ser un punto de fricción. La falta de transparencia en la definición y asignación de fondos, sumada a la brecha de financiamiento, desató la desconfianza de los países de ingresos bajos y medios. El papel del sector privado fue enfatizado, pero la insistencia en la participación de actores no directamente responsables genera preocupaciones sobre la dilución de responsabilidades históricas.

El texto final destaca la necesidad de reformar la arquitectura financiera internacional y resalta el papel del sector privado en la movilización de fondos climáticos. Sin embargo, la falta de compromisos concretos y la ausencia de medidas vinculantes generan incertidumbre sobre la efectividad de estos llamados.

En el ámbito de la deuda, anuncios de grupos de expertos y la iniciativa de canjes de deuda por naturaleza recibieron críticas por su falta de soluciones estructurales. La declaración sobre financiamiento climático aboga por más financiamiento concesional, pero la efectividad y calidad de estos recursos aún están por determinarse.

En resumen, la COP28 reflejó una lucha entre la urgencia climática y la resistencia de intereses poderosos. Las demandas por un financiamiento justo, la eliminación progresiva de combustibles fósiles y reformas estructurales en la arquitectura financiera internacional siguen siendo desafíos pendientes que requieren acciones más allá de compromisos retóricos.