Carta de navidad al presidente Ollanta Humala
Alejandra Dinegro Martínez
“Vamos a darle seguridad a los jóvenes que se incorporan al mercado laboral, a los jóvenes que entran a trabajar por primera vez y que les quieren cobrar 3 meses por derecho de piso. Vamos a hacer respetar los derechos laborales, la estabilidad laboral y no vamos a permitir la explotación de las services. Vamos a trabajar para que tengan estabilidad, seguro. Lo que debe ser un trabajador del siglo XXI y no del siglo XVII. El Perú tiene que avanzar”. Estas fueron las palabras del presidente Ollanta Humala cuando estaba en campaña electoral. Cómo han cambiado las cosas.
Señor Presidente, usted está cometiendo violación a los derechos de los trabajadores. Usted se está burlando de la necesidad, de la pobreza de aproximadamente 263 mil peruanos, entre 18 y 24 años, quienes por primera vez ingresan al mundo laboral.
Señor Presidente, parece que usted no quiere quedarse atrás. Recuerde que Alan García creó el sistema CAS condenando a los trabajadores públicos a tener la mitad de sus derechos, y ahora usted crea la “Ley de Explotación Juvenil” para que nuestro bono joven, pague derecho de piso y a las justas tenga derecho a respirar.
Señor Presidente, nosotros, los jóvenes, no somos productos desechables, para usar, desgastar y retirar de circulación como viejas piezas. No somos la “carne de cañón” de los empresarios, que nos ven como lobos voraces por la mano de obra barata que usted nos obliga a regalar.
Señor Presidente, los derechos son iguales para todos, ¿con qué autoridad nos quita usted el derecho a un trabajo digno? El pueblo peruano lo puso en el sillón presidencial para que gobierne por el bien común. Pero ahora usted se arrodilla a los grandes grupos empresariales. ¿Sabe que ahora nuestra fuerza de trabajo llenará las arcas de los grandes capitales en lugar de producir ingresos al erario nacional que puede usarse en educación, salud, infraestructura, aumento de sueldos a los policías, médicos, etc.?
Señor Presidente, con esta ley se profundiza la situación de los peruanos. Déjeme decirle que el gran sistema económico encontró en usted al perfecto capataz y lacayo del siglo XXI. Usted nos hará retroceder, no al siglo XVII, sino a plena Edad Media, cuando existían los siervos y los señores feudales.
Señor Presidente, lo único que usted no podrá quitarnos es nuestra dignidad y nuestro coraje. Las calles nos oirán y nuestras voces nunca las olvidará.
Señor Presidente, con todo respeto, le digo: es usted el gran traidor de un país que sigue manteniéndolo con el trabajo de gente honrada.
Añadir nuevo comentario