Brasil y EE.UU en el escenario global y hemisférico

Por: 

Ricardo Soberón, analista internacional

Brasil y Estados Unidos son dos potencias de distinto tamaño en el escenario internacional, una de carácter hemisférico con perspectiva de ser global, la otra de carácter global, pero con limitadas capacidades y recursos -en la actualidad- a nivel hemisférico. Recientemente, se produjo un impase en la relación por interferencia de Washington a las decisiones judiciales brasileras contra empresas informáticas norteamericanas que ocasionó acusaciones mutuas de irrespeto a la soberanía nacional.

No obstante, no les es posible identificar los temas de interés compartido, que les permita separar sus coincidencias respecto de sus múltiples diferencias en el abordaje de múltiples temas internacionales. Es el caso de temas globales como el cuidado del ambiente y el cambio climático cerca de la COP 30 en Brasil1 y en medio de los tímidos esfuerzos que se realizan a escala global para la transición energética. Por otro lado, la posición negacionista de la administración Trump sumado a la carga climática de la economía norteamericana, colisionan con la posición principista y líder brasileña. 

En el tema de la reforma de la ONU y particularmente el Consejo de Seguridad; particularmente en el tema de la no proliferación de armas nucleares (protocolo adicional que Brasil se niega a suscribir), ambos países pueden encontrar claras diferencias de opinión y posición. 

Adicionalmente a esos temas clásicos, los actuales cambios en el comercio internacional son otro espacio de diferencias. Brasil y EE. UU son principales exportadores de alimentos. Sin embargo, no coinciden en todo. Como es el caso de la guerra arancelaria desatada por Trump y los cambios necesarios en la estructura de la Organización Mundial del Comercio, como es el caso del régimen de solución de controversias, cada vez más frecuentes en las actuales circunstancias2. Brasil ha dejado en claro su oposición a la adopción de decisiones unilaterales de naturaleza proteccionista, discriminatoria e injusta. 

Otro tema de importancia es el proceso de evolución de los BRICs, que a pesar de sus particulares características y diferencias, se convierte en toda una plataforma geopolítica de once miembros, alternativa a la actual. El Brasil, después de Rusia, se convierte en un fuerte sostén de dicha propuesta, particularmente de este lado del hemisferio: el 2025 Brasil preside los BRICs. Así pues, la expresidenta Dilma Rousseff encabeza por segunda vez el Nuevo Banco del Desarrollo 

Como dice el canciller Mauro Vieira en reciente reunión de cancilleres BRICs en Rio de Janeiro (25 de abril): “En este contexto, el BRICS juega un rol vital en el fortalecimiento de los principios del derecho internacional, en el apoyo a la solución pacífica de controversias y en la promoción de la reforma de las instituciones multilaterales, en particular de las Naciones Unidas y de su Consejo de Seguridad, para que reflejen mejor las realidades geopolíticas contemporáneas”3.  

En particular, el actual aislamiento norteamericano durante el gobierno de Trump se contradice con la particular vocación internacionalista evidenciada por Itamaraty, así, por ejemplo, un militar brasileño encabeza la misión de paz en el Congo. La apuesta de la cancillería brasileña por un mayor protagonismo y representatividad latinoamericana, en los espacios multilaterales, es evidente frente a los intentos de reactivar de diverso modo la denominada Doctrina Monroe con los intentos del Departamento de Estado en la frontera con México, el control sobre el Canal de Panamá, los cambios constitucionales en el Ecuador (bases militares extranjeras). Recientemente, Brasil asumió la Presidencia del Consejo permanente de la OEA4.

En otros temas más específicos también encontramos diferencias de fondo entre las diplomacias de ambos países: el caso de Irán y su programa nuclear donde Brasil comparte el interés por el desarrollo de una tecnología energética pacífica; otro tema acuciante, es la aproximación diferenciada de ambos países a la situación en África, donde Brasil tiene relaciones cooperativas y no antagónicas Todos ellos, son temas cruciales en los que no parece haber una aproximación sencilla entre ambos. Algo similar ocurre con temas más regionales como el rol de Millei en Argentina, el destino del bloque de Mercosur, la aproximación a la situación en Venezuela, Cuba y Nicaragua, donde ambos países también difieren.  Así pues, es conveniente tomar nota de un derrotero no muy sencillo entre ambos países, que debe dar pie a un dialogo constructivo y respetuoso, para que mutuamente entiendan sus prioridades.

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1 Además, en marzo 2026, Brasil será sede de la COP 15 de la Convención sobre Especies Migratorias.
2 https://www.gov.br/mre/pt-br/centrais-de-conteudo/publicacoes/discursos-...
3 https://www.gov.br/mre/es/centro-de-contenidos/discursos-articulos-y-ent...
4 https://www.gov.br/mre/es/canales_servicio/prensa/notas-a-la-prensa/bras...