La fuga ocurrida, el pasado 30 de abril, en el gasoducto de Camisea, en la localidad de Huayrapata (Anco, Ayacucho) provocó que más de 200 personas resultaran intoxicadas por inhalación de hidrocarburos. El hecho aún sigue causando preocupación, pues, a decir de algunos especialistas ambientales y dirigentes sociales, lo sucedido ha tenido impactos irreversibles en el ambiente. A pesar de que en su momento se aseguró que el desperfecto fue controlado por la empresa Transportadora de Gas del Perú (TGP), profesionales y líderes vienen demandando una mayor investigación.

Para William Ayala, consultor en temas ambientales, al fugar el gas, la sustancia se esparció por toda la quebrada del rio Kintipiri y aunque la empresa haya intervenido, como lo informó, sólo capturó lo mínimo posible, porque el gas líquido se expandió. “Huayrapata  está a 20 minutos del rio Apurímac y definitivamente todo el remanente que ha quedado ha llegado a sus aguas, con las cuales se ha diseminado”, explicó.

Ayala también dijo que las tuberías que transportan el gas líquido tienen un cierre automático cuando se registra una fuga y que TGP ha puesto en marcha acciones de contingencia, colocando una manta sobre el río para atrapar los flóculos que se forman cuando el gas líquido hace contacto con el agua. “Esta acción inhibe la cantidad de oxígeno en la corriente, lo que ha impactado en los peces, pequeñas ranas y otras especies. Es decir, con las mantas han ido arrastrando e inhibiendo el oxígeno, y matando peces, pero nadie explica eso. Por ello, el impacto es irreversible en el ambiente”, detalló el especialista.

Por otro lado, Blandina Contreras, dirigenta de Confederación Campesina del Perú (CCP), dio a conocer que ella y otros dirigentes sociales de Anco han realizado una visita a la zona afectada, y han podido observar el alto impacto que ha tenido la fuga del gas, por ejemplo, en los cultivos ubicados en los alrededores de Huayrapata. Aseguró  que no sólo han muerto peces, sino también otras especies, debido a la contaminación. “En esta zona, los pobladores tiene plantaciones de café y de otros cultivos importantes para su seguridad alimentaria. Todo eso ha sido afectado”, denunció. 

“Toda esa red trófica ha sido afectada y por ello tiene que implementarse un programa completo de restauración de ecosistemas dañados”, recomendó Edwin Portal Quicaña, docente de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga. Asimismo, indicó que la empresa debería haber iniciado un programa de descontaminación de toda el área afectada, y un análisis del contaminante que tiene el gas, para evaluar hasta qué punto se ha diseminado.

A fin de conocer los resultados de los análisis realizados a las muestras de agua del río Kintipiri, tratamos, insistentemente, de comunicarnos con el responsable del Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA), oficina de Ayacucho, pero no obtuvimos respuesta. 

Publicado por Noticias Ser 13/05/2015